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- #1
Nuestras primeras vacaciones no podían ser mejores, luego de la estupenda ducha nos pusimos guapos y salimos a caminar,entramos al acuario que también estaba a unos pasos de nuestro hotel y saliendo corrimos directo a la playa donde nos la pasamos tendidos en unos camastros,comiendo cuanto nos ofrecían, tomando cervezas y zambulléndonos en ratos al mar,más tarde dimos un paseo por el centro, yo me sentía soñada y Néstor con su regalito era el hombre más feliz del mundo, cada que podía me metía la mano bajo el vestido para tocarme mi conchita depilada.
Ya era de noche cuando regresamos al hotel,pero todavía era algo pronto para dormir, así que solo nos pusimos algo más cómodo y regresamos a la playa, antes, compramos un ocho de Tecate (cervezas) en un minisuper. Lo que me encantó de ese lugar fue la calma de su mar, no sé si se debiera a la época en la que fuimos pero eran unas aguas muy tranquilas en las que, sin importar que fuera de noche, se podía estar sin mayor peligro. Después de nadar un poco (con las sobadas, frotaciones y tocamientos de ley), Néstor y yo salimos y nos sentamos en la arena donde bebimos las cervezas platicando de una u otra cosa. A nuestro alrededor había varias parejitas, cuatro por lomenos, una incluso conformada por dos hombres, uno de ellos moreno y muy delgado tenía la mano de su compañero dentro del short que llevaba, creo que le estaba picando el culo, más a un costado, había dos chicos, ella muy culoncita y linda de la cara, él de cabello muy chino volteaba a todos lados antes de meterle lamano entre las piernas, no sé para qué lo hacía, si a pesar de que estábamos ahí lo seguía haciendo, eso comenzó a calentarme mucho, jamás había visto a nadie en una situación así, entonces comencé a acercarme más a Néstor quien por el calor, comenzó a terminar una cerveza tras otra sin parar tampoco de hablar,yo comencé a besarlo muy apasionadamente, besos que él correspondía de una forma deliciosa, de reojo, no paraba yo de ver a aquellos chiquillos tocándose aquí y allá, esta vez era ella quien le frotaba la verga por encima de la ropa al muchacho. Se me hizo buena idea imitar sus movimientos y comencé a frotar el pito de mi novio que de inmediato, como siempre, comenzó a tomar tamaño, cuando volví a buscar a los chicos no los vi más, únicamente estaban los maricones esos que creo se la estaban jalando uno al otro pero igual me calentó, le mordí los labios a Néstor con todo y su aliento a cerveza que me prendía aún más, el movimiento de unas siluetas a lo lejos me ayudó a encontrar de nueva cuenta a los dos jóvenes ardientes, se habían ido un poco más lejos, detrás de las rocas donde ella en cuclillas le mamaba la verga a él, no sé si tenían rato haciéndolo,pero en ese preciso momento él terminó, lo supe porque la jaló fuerte del cabello atrayéndola, después limpiándose la boca con el antebrazo ella selevantó y ambos se fueron, pasaron cerca de donde estabamos,ella volteó a verme mientras que con una sonrisa picara le pellizcaba una nalga a su pareja.
En momentos como este es cuando creo que quien inventó aquella expresión “se me hizo agua la boca” debió ser una mujer y no se refería precisamente a la boca de su cara, porque así, hecha agua se encontraba mi coñito. “¿Nos vamos ya al hotel? Tengo ganas de mamártela y que me la metas” le dije a Néstor a sabiendas que esos comentarios le prendían sobremanera, pero cuando se incorporó noté algo raro y no era la casa decampaña que formaban sus bermudas, eso estaba bien, lo que no me agradó del todo fue su estropeado equilibrio, yo apenas tomé una cerveza, él llevaba cinco, aunque era una cantidad ridícula como para pensarlo ebrio “¿estás bien?” “de maravilla amor, de maravilla” y comenzó a reírse como idiota, eso me encabronó un poco pero era más mis ganas de tener su pájaro dentro de mi panocha que cualquier enfado.
Cuando llegamos al hotel Néstor destapó otra cerveza y encendió un cigarro, pese a mi calentura, los efectos diuréticos de lacerveza que me tomé hicieron efectos y pasé a hacer pis al baño, pero estaba tan arrecha al grado de que con el simple rose del papel sanitario al secarme, sentí unas cosquillas bien ricas en mi culito que me hicieron apretarlo, cuando salí dispuesta a ser follada como una perra, Néstor roncaba profundamente.
Me dio tanto coraje que quitándome una sandalia se la aventé el estomago, pero ni así reaccionó, enojada por haberme quedado con las ganas me desvestí y me metí en las cobijas sin preocuparme por ayudarlo a meterse también en la cama. Estuve no sé cuánto tiempo dando vueltas sin poder dormir, en mi mente se reproducía sin cesar la imagen de aquellos chicos en la playa, ella tragándole la verga a él y por qué no,cerrando los ojos imaginé que era yo quien tragaba su polla juvenil en medio de la nada al tiempo que con mis dedos me frotaba mi agujerito, el problema es que nunca me ha gustado masturbarme, mi cuerpo sabiendo que soy yo misma quien lo toca no logra alcanzar el orgasmo, así que desistí de ese intento que de cualquier forma sería fallido aunque mi sexo ardía por dentro. Fue entonces que vi a Néstor dormido como un bebé y me sentí mal por haber hecho una rabieta durante nuestras vacaciones, me levanté para meterlo en la cama, le quité las sandalias, la playera y al último el short, en un principio lo hice porque él acostumbra a dormir desnudo, pero cuando vi su pito flácido recostado encima de sus pelotas mi conchita comenzó a pedirme a gritos tenerla dentro.
Como poseída me lancé a mamarle sus huevotes,los recorrí por completo, me los metía a la boca como jamás lo había hecho,luego sin jugueteos previos que para el caso saldrían sobrados, me metí toda su verga en la boca, jamás se la había chupado en estado de reposo, se sentía raro, pero esa extraña sensación me ponía todavía más cachonda, poco a poco con mis felaciones ese trozo de carne comenzó a reaccionar pese al estado de inconsciencia de Néstor, lo que a su vez incrementaba mi excitación todavía más. Volví a chuparle los huevos, recorrí desde su bolsa hasta la punta de su verga y entonces la engullía toda, era la mamada más deliciosa que había dado y mi novio se lo estaba perdiendo, cuando bajé nuevamente a los huevos, mi lengua siguió explorando el cuerpo de mi novio, hasta lamerle el espacio entre sus bolas y su culito, pero el saber que él no sabía qué le haría y qué no, me hizo ir todavía más allá, separándole las piernas mi lengua se fue adentrando entre sus nalgas, tenía su ano lleno de pelos, era raro la sensación de aquel agujerito suave, lamí mucho, la saliva se me escurría por los costados de los labios y mojó la cama y entre más le chupaba su hoyito a Néstor, su verga que no dejé de menear con mi mano se endurecía más. Ese fue mi límite, fue todo lo que mi cuerpo pudo resistir, corriéndome la tanguita a un lado abrí mis piernas todo lo que pude y lentamente me fui clavando esa deliciosa pija, “aaaah”sentí que me llenaba como pavo en navidad, con una mano me acaricié las tetas mientras con la otra le seguí acariciando los huevos, comencé a matarme yo solita, fue increíble, en ese momento no tuve que pensar en lo que él sintiera,solo me preocupé por mi gozo y era fantástico, dejando lo que hacía con mismanos, me tomé ambas nalgas y las abrí todo lo que pude mientras me movía hacia arriba y hacia abajo sobre Néstor que en ratos hacía un intento por despertar,se quejaba, hacía ruidos con la garganta y se volvía a dormir, “sí papito, métemela toda, qué rica verga tienes papi, me encanta, dame tu lechita mi niño, dame tu leche que quiero que me escurra por mi rajita, ándale bebé, cógeme así, rico”,decía yo como poseída, fue hasta que comencé a sentir las palpitaciones de su verga y sus chorros de lechita alojándose en mi panocha que el mejor de los orgasmos me invadió el coño, las nalgas, la espalda y las tetas que pellizqué para finalizar “me corro amor, me corro bebé, ay amor qué ricoooo” decía yo con una enorme sonrisa en el rostro, cuando terminé de gozar me quité de encima y un pedo salió de mi pucha expulsando sobre esa verga aún enhiesta su semen y mi venida, era abundante, los pelos de su verga estaban empapados y fue entonces que me pegué a su pito de nuevo con la boca y no lo dejé de mamar hasta dejarlo limpio.
Luego de meterlo a la cama y limpiarme un poco el coño me dispuse a dormir bastante contenta, era nuestra primera (y única por esta ocasión) noche en Veracruz y no me pensaba quedar con ganas de ser cogida en la playa.
FIN
Ya era de noche cuando regresamos al hotel,pero todavía era algo pronto para dormir, así que solo nos pusimos algo más cómodo y regresamos a la playa, antes, compramos un ocho de Tecate (cervezas) en un minisuper. Lo que me encantó de ese lugar fue la calma de su mar, no sé si se debiera a la época en la que fuimos pero eran unas aguas muy tranquilas en las que, sin importar que fuera de noche, se podía estar sin mayor peligro. Después de nadar un poco (con las sobadas, frotaciones y tocamientos de ley), Néstor y yo salimos y nos sentamos en la arena donde bebimos las cervezas platicando de una u otra cosa. A nuestro alrededor había varias parejitas, cuatro por lomenos, una incluso conformada por dos hombres, uno de ellos moreno y muy delgado tenía la mano de su compañero dentro del short que llevaba, creo que le estaba picando el culo, más a un costado, había dos chicos, ella muy culoncita y linda de la cara, él de cabello muy chino volteaba a todos lados antes de meterle lamano entre las piernas, no sé para qué lo hacía, si a pesar de que estábamos ahí lo seguía haciendo, eso comenzó a calentarme mucho, jamás había visto a nadie en una situación así, entonces comencé a acercarme más a Néstor quien por el calor, comenzó a terminar una cerveza tras otra sin parar tampoco de hablar,yo comencé a besarlo muy apasionadamente, besos que él correspondía de una forma deliciosa, de reojo, no paraba yo de ver a aquellos chiquillos tocándose aquí y allá, esta vez era ella quien le frotaba la verga por encima de la ropa al muchacho. Se me hizo buena idea imitar sus movimientos y comencé a frotar el pito de mi novio que de inmediato, como siempre, comenzó a tomar tamaño, cuando volví a buscar a los chicos no los vi más, únicamente estaban los maricones esos que creo se la estaban jalando uno al otro pero igual me calentó, le mordí los labios a Néstor con todo y su aliento a cerveza que me prendía aún más, el movimiento de unas siluetas a lo lejos me ayudó a encontrar de nueva cuenta a los dos jóvenes ardientes, se habían ido un poco más lejos, detrás de las rocas donde ella en cuclillas le mamaba la verga a él, no sé si tenían rato haciéndolo,pero en ese preciso momento él terminó, lo supe porque la jaló fuerte del cabello atrayéndola, después limpiándose la boca con el antebrazo ella selevantó y ambos se fueron, pasaron cerca de donde estabamos,ella volteó a verme mientras que con una sonrisa picara le pellizcaba una nalga a su pareja.
En momentos como este es cuando creo que quien inventó aquella expresión “se me hizo agua la boca” debió ser una mujer y no se refería precisamente a la boca de su cara, porque así, hecha agua se encontraba mi coñito. “¿Nos vamos ya al hotel? Tengo ganas de mamártela y que me la metas” le dije a Néstor a sabiendas que esos comentarios le prendían sobremanera, pero cuando se incorporó noté algo raro y no era la casa decampaña que formaban sus bermudas, eso estaba bien, lo que no me agradó del todo fue su estropeado equilibrio, yo apenas tomé una cerveza, él llevaba cinco, aunque era una cantidad ridícula como para pensarlo ebrio “¿estás bien?” “de maravilla amor, de maravilla” y comenzó a reírse como idiota, eso me encabronó un poco pero era más mis ganas de tener su pájaro dentro de mi panocha que cualquier enfado.
Cuando llegamos al hotel Néstor destapó otra cerveza y encendió un cigarro, pese a mi calentura, los efectos diuréticos de lacerveza que me tomé hicieron efectos y pasé a hacer pis al baño, pero estaba tan arrecha al grado de que con el simple rose del papel sanitario al secarme, sentí unas cosquillas bien ricas en mi culito que me hicieron apretarlo, cuando salí dispuesta a ser follada como una perra, Néstor roncaba profundamente.
Me dio tanto coraje que quitándome una sandalia se la aventé el estomago, pero ni así reaccionó, enojada por haberme quedado con las ganas me desvestí y me metí en las cobijas sin preocuparme por ayudarlo a meterse también en la cama. Estuve no sé cuánto tiempo dando vueltas sin poder dormir, en mi mente se reproducía sin cesar la imagen de aquellos chicos en la playa, ella tragándole la verga a él y por qué no,cerrando los ojos imaginé que era yo quien tragaba su polla juvenil en medio de la nada al tiempo que con mis dedos me frotaba mi agujerito, el problema es que nunca me ha gustado masturbarme, mi cuerpo sabiendo que soy yo misma quien lo toca no logra alcanzar el orgasmo, así que desistí de ese intento que de cualquier forma sería fallido aunque mi sexo ardía por dentro. Fue entonces que vi a Néstor dormido como un bebé y me sentí mal por haber hecho una rabieta durante nuestras vacaciones, me levanté para meterlo en la cama, le quité las sandalias, la playera y al último el short, en un principio lo hice porque él acostumbra a dormir desnudo, pero cuando vi su pito flácido recostado encima de sus pelotas mi conchita comenzó a pedirme a gritos tenerla dentro.
Como poseída me lancé a mamarle sus huevotes,los recorrí por completo, me los metía a la boca como jamás lo había hecho,luego sin jugueteos previos que para el caso saldrían sobrados, me metí toda su verga en la boca, jamás se la había chupado en estado de reposo, se sentía raro, pero esa extraña sensación me ponía todavía más cachonda, poco a poco con mis felaciones ese trozo de carne comenzó a reaccionar pese al estado de inconsciencia de Néstor, lo que a su vez incrementaba mi excitación todavía más. Volví a chuparle los huevos, recorrí desde su bolsa hasta la punta de su verga y entonces la engullía toda, era la mamada más deliciosa que había dado y mi novio se lo estaba perdiendo, cuando bajé nuevamente a los huevos, mi lengua siguió explorando el cuerpo de mi novio, hasta lamerle el espacio entre sus bolas y su culito, pero el saber que él no sabía qué le haría y qué no, me hizo ir todavía más allá, separándole las piernas mi lengua se fue adentrando entre sus nalgas, tenía su ano lleno de pelos, era raro la sensación de aquel agujerito suave, lamí mucho, la saliva se me escurría por los costados de los labios y mojó la cama y entre más le chupaba su hoyito a Néstor, su verga que no dejé de menear con mi mano se endurecía más. Ese fue mi límite, fue todo lo que mi cuerpo pudo resistir, corriéndome la tanguita a un lado abrí mis piernas todo lo que pude y lentamente me fui clavando esa deliciosa pija, “aaaah”sentí que me llenaba como pavo en navidad, con una mano me acaricié las tetas mientras con la otra le seguí acariciando los huevos, comencé a matarme yo solita, fue increíble, en ese momento no tuve que pensar en lo que él sintiera,solo me preocupé por mi gozo y era fantástico, dejando lo que hacía con mismanos, me tomé ambas nalgas y las abrí todo lo que pude mientras me movía hacia arriba y hacia abajo sobre Néstor que en ratos hacía un intento por despertar,se quejaba, hacía ruidos con la garganta y se volvía a dormir, “sí papito, métemela toda, qué rica verga tienes papi, me encanta, dame tu lechita mi niño, dame tu leche que quiero que me escurra por mi rajita, ándale bebé, cógeme así, rico”,decía yo como poseída, fue hasta que comencé a sentir las palpitaciones de su verga y sus chorros de lechita alojándose en mi panocha que el mejor de los orgasmos me invadió el coño, las nalgas, la espalda y las tetas que pellizqué para finalizar “me corro amor, me corro bebé, ay amor qué ricoooo” decía yo con una enorme sonrisa en el rostro, cuando terminé de gozar me quité de encima y un pedo salió de mi pucha expulsando sobre esa verga aún enhiesta su semen y mi venida, era abundante, los pelos de su verga estaban empapados y fue entonces que me pegué a su pito de nuevo con la boca y no lo dejé de mamar hasta dejarlo limpio.
Luego de meterlo a la cama y limpiarme un poco el coño me dispuse a dormir bastante contenta, era nuestra primera (y única por esta ocasión) noche en Veracruz y no me pensaba quedar con ganas de ser cogida en la playa.
FIN