octagenario
Becerro
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- 28 May 2008
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- #1
Hola compañeros bacunos
Nunca me he animado a escribir mis experiencias, por pena o por que no sea que me vayan a cachar, y siempre leo lo que otros escriben (aunque no comente), pero si ahora me animo a escribir es por que el hecho de describirles mi experiencia, me hace a recordar y me vuelve a prender, en fin espero les guste... Mi historia. Es real y por lo tanto no quiero entrar en tantos detalles.
Todo tiene relación con mi cuñada, creo que siempre es la fantasía de muchos, y no importa si tiene nalgotas o chichotas, tal vez sea por que es algo prohibido, ella no es muy alta, mide como 1.60, y la verdad no tiene amplias caderas, es una chica normal como muchas, y hasta es un poco gordita, aunque no se le nota tanto por que su rostro es delgado, y eso sí, tiene un par de tetas que uno quisiera comer en ellas.
Aunque no es la mujer escultural, siempre me ha atraído, y una vez se presento una oportunidad que no podía deja escapar. Como siempre coincidíamos en reuniones, ayudando en la cocina o a la hora de recoger la mesa o lavar trastes, así que cuando se presentaba la oportunidad ayudaba y cuando estabamos juntos o me pedía algo yo aprovechaba para tocarla, le tocaba la espalda o algo así o cuando la abrazaba para saludarnos o despedirnos pus claro que aprovechaba el apretón justiciero solo para sentir sus tetas y nunca la hice sentir incomoda aunque tampoco nunca vi o sentí que le atrajera yo, al contrario siempre mantenía su distancia porque siempre ha sido muy "persignada"... Hasta ese día; en fin un buen día (en una reunión que fue en mi casa) y donde por cierto llevaba un vestido que hacia resaltar sus enormes tetas, al terminar todo, mi esposa y su esposo, además de mi suegra ayudamos a limpiar: por cierto esa noche pensaban quedarse todos en casa por que la casa de mi cuñada la estaban arreglando y nosotros les ofrecimos posada por ese día- hasta ese momento todo era normal, como ya era tarde y mi suegra no se quería quedar, ya que vive lejos le pidió a mi concuño (el esposo de mi cuñada) que por favor la llevara a su casa, en un principio yo iba a acompañarlo para que no se regresará sólo, pero mi suegra prefirió que fuera mi esposa, por que quería darle no sé que cosas, al final se fueron ellos y yo me quede con mi cuñis ayudándola, nunca pensé que esa decisión iba a cambiar el resto de la noche.
Cuando se fueron seguíamos normal, lavando trastes y recogiendo las sobras, y platicando de banalidades: que como va el trabajo, que si el clima y ya saben, lo de siempre. Y había sobrado un poco de vino dulce, de esos que son de frutas, y yo le ofrecí un poco, y la verdad no pensé que quisiera, ya que ni siquiera le gusta el licor, pero acepto una copita, y esto es real, en ese momento seguía sin pensar en hacer algo con ella, no lo tenía pensado, es decir que no le ofrecí la copa tratando de seducirla o que aflojara. Bueno, ya que acepto la copa y se la tomó con gusto me dijo: -Órale, está rico y no sentí el sabor a licor. Yo le pregunté si quería otro poco, y aceptó, así que le serví un poquito más -incluso fue menos que en la primera copa-. Y así continuamos otro rato, y como siempre pues aprovechaba para ponerle una "manita encima", le acariciaba la espalda o le pasaba la mano por la cintura cuando necesitaba agarrar algo que estaba junto a ella (para esto habían pasado unos 20 minutos que habían salido mi esposa u concuño), y en una de esos toqueteos inocentes, se retuerce un poco y empieza a reír. Yo me saqué de onda y veo sus mejillas rojas, rojas, y me dice: -Ay, creo que sí me pego el vinito, jaja. Yo le comento: -A poco, si fue bien poquito. -Pues sí pero yo ni tomo. -Eso sí, le dije. Y la platica continuó más amena, la verdad la sentía más deshinibida y no se en que momento nos empezamos a alburear y sin querer a coquetear, al fin era cosas muy inocentes, pero en verdad nunca la había visto así, y eso si que me prendió de volada, (seré breve en esta parte para ir directo al grano) me decía cosas como:
-Ay cuñao, ya o me ande toqueteando que me agarra las cosquillas-
-Como cree cuñada, si no es a propósito, además a ti ni te gustan las cosquillas, perdón-
-No pues si, pero con el vinito, cómo que me relajo y no me quejo-
- Jaja, la verdad nunca te había visto así, tan "relajada", creo que es la primera vez que hablamos más abiertamente-
- Sí verdad? -
Para eso yo ya prendido, pus empecé a insinuarle, primero muy discretamente, no fuera a ser que la regara y peor tantito:
- Por cierto, vienes muy guapa hoy-
- Gracias, en serio? Aunque estoy gorda, jaja-
- No manches, te ves muy bien-
- Tu también, de hecho...- Se queda en total silencio
- Qué?- Le pregunto.
- No, nada- Y de reojo como que se rié y se vuelve a sonrojar
- Oh, ya dime. Qué paso?-
- Es que...-
- Mmmh, ya ves, no ya estábamos más en confianza.-
- Jaja, perdón. Es que me apeno, jaja... Es que..-
- Jaja. Dime ya!-
- Pus que tu siempre te ves guapo, me gusta como te arreglas cuando hay fiestas o incluso cuando vas a trabajar... Y es que... siempre le dijo a Juan (su esposo), que vea como te arreglas por que ya ves como es bien fachoso...-
Mocos! Pensé, ya chingué!
- Jaja - Me reí y me sonrojé.
- A poco - Le dije - Pues también me gusta como te arreglas, de hecho hoy ese vestido se te ve muuuy bien-
Y ese era el momento, era el si o el no, y pus me arriesgue, pues cuando le dije eso último volví a acariciarle la espalda baja y llegue hasta sus nalgas, se las acaricie suavemente y ella volteo ( es ese momento pensé: "Ya valió madre, me va a aventar una cachetada", y hasta como que me sobresalté un poco. Y sólo se me quedó mirando me miro los labios y ese momento pareció eterno, no sabía que hacer y mi corazón empezó a latir a mil por segundo, yo sólo le mire los ojos y por instinto baje la mirada hasta sus dos prominentes y blancas tetas y también me percaté de que su respiración se aceleraba... Y en eso oí las palabras mágicas: -Las quieres ver... Y me empezó a tocar levemente el pecho y a acariciar hasta llegar a mis nalgas
- Siempre quise hacer esto, también he fantaseado- Dijo ella.
- En serio- Balbucee yo.
Y empecé a acariciarle suavemente las tetas (Fue el paraíso total!!), ella me acariciaba la ingle y mi pene, que para ese momento ya estaba más erecto que nunca. Todo fue toqueteo, yo seguía acariciándole las tetas y en eso me fuí a hasta las piernas empece a recorrerlas lentamente hasta llegar a su panochita que en ese momento estaba totalmente mojada. Los dos estábamos en ese éxtasis, y en eso ella dijo: -No sé a que horas lleguen, así que apúrale-.
Yo me empecé a desabrochar el pantalón y trate de quitarle las bragas que tenía, cuando me dice_ -No!!!, no me la metas... Así...
Y empezó a jalarme el pito lentamente, y a mi no me importo yo sentí tan rico, y aun más cuando ella empezó a desabrochar el brassiere, y por fin pude apreciar sus enormes melones, blanquitos con unos pezones claros y grandes. Empece a chuparselos y ella empezó a gemir:
- Aaay, sí, mmmh sí, mmmh, sí sí!!!!, sii que rico, ay, ay ay
La empece a dedear suavemente y más gemía; yo siempre había soñado con sus gemidos.
Todo fue tan rápido que sentí que se vino tan sólo con tocar suavemente su clítoris y masajear sus tetas, yo estaba extasiado, le acaricie y manosee todo lo que pude, seguía sin creer lo que estaba pasando,la trate de besar pero no quiso: -No así, solo toqueteame, manoseame, agarrame las tetas!!!- Decía, cuando de repente sentí ese leve temblor, y un gemidito con el que me di cuenta que se había venido... Se sentó un momento y me miro con unos ojos de placer, cuando veo que se inclina y me la empezó a mamar!!!! Fue increíble, ¡¡¡¡me la mamo!!!!... Sentí tan rico, no creí que fuera tan buena mamándola, y la verdad ya estaba tan caliente que inmediatamente me vine casí sobre ella...
Fue un momento glorioso, los dos nos quedamos viendo. Así, simplemente, sin pensar en consecuencias, deshinibidos totalmente. Después de unos minutos, nos arreglamos, y recogimos para no dejar ningún rastro, la verdad ni recuerdo en cuanto tiempo paso todo esto, pero nuestra cara decía que ambos estuvimos satisfechos, de ahí a que volvieron nuestras parejas paso todavía un rato, pero ninguno de los dos nos dirijímos una palabra, nuestras miradas hablaban pos si solas.
Depués de que llegaran nuestras respectivas parejas, comentamos y bromeamos de las copitas que mi cuñis se tomo.
- Sí se nota- Bromeo su esposo.
- Uy hermana, a ver si no de ahora en delante te gusta más, jaja-Dijo mi esposa
- Sí, a lo mejor, jaja- Comento mi cuñada volteándome a ver...
Después de esa noche nunca más volvimos a hablar de eso, ni nos volvimos a insinuar, ni coquetear; todo volvió a la normalidad con la que comencé mi relato. Eso sí, nuestra relación como cuñados fue más llevadera... Creo que lo único que deseabamos era cumplir esa fantasía...
En fin, espero lo hayan disfrutado, tanto como yo al escribirlo y recordar. Comenten, lo bueno y lo malo de este relato.
Nunca me he animado a escribir mis experiencias, por pena o por que no sea que me vayan a cachar, y siempre leo lo que otros escriben (aunque no comente), pero si ahora me animo a escribir es por que el hecho de describirles mi experiencia, me hace a recordar y me vuelve a prender, en fin espero les guste... Mi historia. Es real y por lo tanto no quiero entrar en tantos detalles.
Todo tiene relación con mi cuñada, creo que siempre es la fantasía de muchos, y no importa si tiene nalgotas o chichotas, tal vez sea por que es algo prohibido, ella no es muy alta, mide como 1.60, y la verdad no tiene amplias caderas, es una chica normal como muchas, y hasta es un poco gordita, aunque no se le nota tanto por que su rostro es delgado, y eso sí, tiene un par de tetas que uno quisiera comer en ellas.
Aunque no es la mujer escultural, siempre me ha atraído, y una vez se presento una oportunidad que no podía deja escapar. Como siempre coincidíamos en reuniones, ayudando en la cocina o a la hora de recoger la mesa o lavar trastes, así que cuando se presentaba la oportunidad ayudaba y cuando estabamos juntos o me pedía algo yo aprovechaba para tocarla, le tocaba la espalda o algo así o cuando la abrazaba para saludarnos o despedirnos pus claro que aprovechaba el apretón justiciero solo para sentir sus tetas y nunca la hice sentir incomoda aunque tampoco nunca vi o sentí que le atrajera yo, al contrario siempre mantenía su distancia porque siempre ha sido muy "persignada"... Hasta ese día; en fin un buen día (en una reunión que fue en mi casa) y donde por cierto llevaba un vestido que hacia resaltar sus enormes tetas, al terminar todo, mi esposa y su esposo, además de mi suegra ayudamos a limpiar: por cierto esa noche pensaban quedarse todos en casa por que la casa de mi cuñada la estaban arreglando y nosotros les ofrecimos posada por ese día- hasta ese momento todo era normal, como ya era tarde y mi suegra no se quería quedar, ya que vive lejos le pidió a mi concuño (el esposo de mi cuñada) que por favor la llevara a su casa, en un principio yo iba a acompañarlo para que no se regresará sólo, pero mi suegra prefirió que fuera mi esposa, por que quería darle no sé que cosas, al final se fueron ellos y yo me quede con mi cuñis ayudándola, nunca pensé que esa decisión iba a cambiar el resto de la noche.
Cuando se fueron seguíamos normal, lavando trastes y recogiendo las sobras, y platicando de banalidades: que como va el trabajo, que si el clima y ya saben, lo de siempre. Y había sobrado un poco de vino dulce, de esos que son de frutas, y yo le ofrecí un poco, y la verdad no pensé que quisiera, ya que ni siquiera le gusta el licor, pero acepto una copita, y esto es real, en ese momento seguía sin pensar en hacer algo con ella, no lo tenía pensado, es decir que no le ofrecí la copa tratando de seducirla o que aflojara. Bueno, ya que acepto la copa y se la tomó con gusto me dijo: -Órale, está rico y no sentí el sabor a licor. Yo le pregunté si quería otro poco, y aceptó, así que le serví un poquito más -incluso fue menos que en la primera copa-. Y así continuamos otro rato, y como siempre pues aprovechaba para ponerle una "manita encima", le acariciaba la espalda o le pasaba la mano por la cintura cuando necesitaba agarrar algo que estaba junto a ella (para esto habían pasado unos 20 minutos que habían salido mi esposa u concuño), y en una de esos toqueteos inocentes, se retuerce un poco y empieza a reír. Yo me saqué de onda y veo sus mejillas rojas, rojas, y me dice: -Ay, creo que sí me pego el vinito, jaja. Yo le comento: -A poco, si fue bien poquito. -Pues sí pero yo ni tomo. -Eso sí, le dije. Y la platica continuó más amena, la verdad la sentía más deshinibida y no se en que momento nos empezamos a alburear y sin querer a coquetear, al fin era cosas muy inocentes, pero en verdad nunca la había visto así, y eso si que me prendió de volada, (seré breve en esta parte para ir directo al grano) me decía cosas como:
-Ay cuñao, ya o me ande toqueteando que me agarra las cosquillas-
-Como cree cuñada, si no es a propósito, además a ti ni te gustan las cosquillas, perdón-
-No pues si, pero con el vinito, cómo que me relajo y no me quejo-
- Jaja, la verdad nunca te había visto así, tan "relajada", creo que es la primera vez que hablamos más abiertamente-
- Sí verdad? -
Para eso yo ya prendido, pus empecé a insinuarle, primero muy discretamente, no fuera a ser que la regara y peor tantito:
- Por cierto, vienes muy guapa hoy-
- Gracias, en serio? Aunque estoy gorda, jaja-
- No manches, te ves muy bien-
- Tu también, de hecho...- Se queda en total silencio
- Qué?- Le pregunto.
- No, nada- Y de reojo como que se rié y se vuelve a sonrojar
- Oh, ya dime. Qué paso?-
- Es que...-
- Mmmh, ya ves, no ya estábamos más en confianza.-
- Jaja, perdón. Es que me apeno, jaja... Es que..-
- Jaja. Dime ya!-
- Pus que tu siempre te ves guapo, me gusta como te arreglas cuando hay fiestas o incluso cuando vas a trabajar... Y es que... siempre le dijo a Juan (su esposo), que vea como te arreglas por que ya ves como es bien fachoso...-
Mocos! Pensé, ya chingué!
- Jaja - Me reí y me sonrojé.
- A poco - Le dije - Pues también me gusta como te arreglas, de hecho hoy ese vestido se te ve muuuy bien-
Y ese era el momento, era el si o el no, y pus me arriesgue, pues cuando le dije eso último volví a acariciarle la espalda baja y llegue hasta sus nalgas, se las acaricie suavemente y ella volteo ( es ese momento pensé: "Ya valió madre, me va a aventar una cachetada", y hasta como que me sobresalté un poco. Y sólo se me quedó mirando me miro los labios y ese momento pareció eterno, no sabía que hacer y mi corazón empezó a latir a mil por segundo, yo sólo le mire los ojos y por instinto baje la mirada hasta sus dos prominentes y blancas tetas y también me percaté de que su respiración se aceleraba... Y en eso oí las palabras mágicas: -Las quieres ver... Y me empezó a tocar levemente el pecho y a acariciar hasta llegar a mis nalgas
- Siempre quise hacer esto, también he fantaseado- Dijo ella.
- En serio- Balbucee yo.
Y empecé a acariciarle suavemente las tetas (Fue el paraíso total!!), ella me acariciaba la ingle y mi pene, que para ese momento ya estaba más erecto que nunca. Todo fue toqueteo, yo seguía acariciándole las tetas y en eso me fuí a hasta las piernas empece a recorrerlas lentamente hasta llegar a su panochita que en ese momento estaba totalmente mojada. Los dos estábamos en ese éxtasis, y en eso ella dijo: -No sé a que horas lleguen, así que apúrale-.
Yo me empecé a desabrochar el pantalón y trate de quitarle las bragas que tenía, cuando me dice_ -No!!!, no me la metas... Así...
Y empezó a jalarme el pito lentamente, y a mi no me importo yo sentí tan rico, y aun más cuando ella empezó a desabrochar el brassiere, y por fin pude apreciar sus enormes melones, blanquitos con unos pezones claros y grandes. Empece a chuparselos y ella empezó a gemir:
- Aaay, sí, mmmh sí, mmmh, sí sí!!!!, sii que rico, ay, ay ay
La empece a dedear suavemente y más gemía; yo siempre había soñado con sus gemidos.
Todo fue tan rápido que sentí que se vino tan sólo con tocar suavemente su clítoris y masajear sus tetas, yo estaba extasiado, le acaricie y manosee todo lo que pude, seguía sin creer lo que estaba pasando,la trate de besar pero no quiso: -No así, solo toqueteame, manoseame, agarrame las tetas!!!- Decía, cuando de repente sentí ese leve temblor, y un gemidito con el que me di cuenta que se había venido... Se sentó un momento y me miro con unos ojos de placer, cuando veo que se inclina y me la empezó a mamar!!!! Fue increíble, ¡¡¡¡me la mamo!!!!... Sentí tan rico, no creí que fuera tan buena mamándola, y la verdad ya estaba tan caliente que inmediatamente me vine casí sobre ella...
Fue un momento glorioso, los dos nos quedamos viendo. Así, simplemente, sin pensar en consecuencias, deshinibidos totalmente. Después de unos minutos, nos arreglamos, y recogimos para no dejar ningún rastro, la verdad ni recuerdo en cuanto tiempo paso todo esto, pero nuestra cara decía que ambos estuvimos satisfechos, de ahí a que volvieron nuestras parejas paso todavía un rato, pero ninguno de los dos nos dirijímos una palabra, nuestras miradas hablaban pos si solas.
Depués de que llegaran nuestras respectivas parejas, comentamos y bromeamos de las copitas que mi cuñis se tomo.
- Sí se nota- Bromeo su esposo.
- Uy hermana, a ver si no de ahora en delante te gusta más, jaja-Dijo mi esposa
- Sí, a lo mejor, jaja- Comento mi cuñada volteándome a ver...
Después de esa noche nunca más volvimos a hablar de eso, ni nos volvimos a insinuar, ni coquetear; todo volvió a la normalidad con la que comencé mi relato. Eso sí, nuestra relación como cuñados fue más llevadera... Creo que lo único que deseabamos era cumplir esa fantasía...
En fin, espero lo hayan disfrutado, tanto como yo al escribirlo y recordar. Comenten, lo bueno y lo malo de este relato.