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Paris Martínez
Agosto 28, 2018
El cambio de nombre de la Secretaría de Desarrollo Social para ser Secretaría del Bienestar en el gobierno de López Obrador "no será cosmético", habrá inversión social profunda para disminuir la pobreza, dijo en entrevista su próxima titular, María Luisa Albores.
Cuartoscuro Archivo
Tal como fue anunciado por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, al iniciar el próximo sexenio la Secretaría de Desarrollo Social federal se convertirá en la “Secretaría del Bienestar”, cambio que, aseguró su próxima titular, María Luisa Albores González, “no será cosmético, no sólo es un cambio de palabra: en el pasado hemos visto cómo con esta Secretaría se ha lucrado con la pobreza, pero ahora habrá una reingeniería institucional, que permita realizar inversión social profunda para disminuir esa pobreza.”
El plan, explica la ingeniera agrónoma en entrevista con Animal Político, es mantener los 17 programas sociales que ya maneja la Sedesol, y sumar uno más, de índole productivo: el programa de reforestación de un millón de hectáreas, mediante el cual se sumarán 400 mil beneficiarios a los esquemas de subsidio que ya opera la institución.
“Las políticas aplicadas por la Sedesol en los tres últimos sexenios no han servido realmente para el combate a la pobreza y, por el contrario, han fomentado la pobreza y la inseguridad, esa es una realidad –señaló la ingeniera, de origen chiapaneco–: esta Secretaría ha servido para cuestiones electorales, y su estructura a lo mejor fue concebida correctamente para atender a las personas más pobres, pero ya al momento de ponerla en funcionamiento, esa estructura institucional se ocupó para otra cosa: para lucrar con la pobreza.”
Esa es la razón, afirmó, de que en los últimos tres sexenios la pobreza en las regiones más marginadas no sólo se mantuvo, sino que incrementó.
“Un ejemplo –subrayó– es el municipio Santos Reyes Yucuná, en Oaxaca, el más pobre del país, cuya población era 70% pobre en el año 2000, y diez años después, la pobreza ya era de 99%, a pesar de que ahí operaba el principal programa de apoyo de la Sedesol.”
En el presente, detalló Albores González, “estamos realizando un estudio serio para aplicar una reingeniería en la institución: la Secretaría del Bienestar mantendrá los 17 programas que ya maneja Sedesol, porque no se pueden suprimir de golpe y porrazo, millones de personas reciben apoyos, millones de familias dependen de ellos”.
No obstante, aclaró, “se está revisando cada uno de esos programas para mejorarlos, se va a consultar a los beneficiarios de esos programas para saber qué está funcionando y qué no, se van a quitar los obstáculos con los que se condiciona el recurso, o que impiden que el recurso llegue a la gente, y se va a acabar con las convocatorias para entrega de apoyos elaboradas a modo para beneficiar sólo a ciertas personas”.
Además, subrayó, a la política social del próximo gobierno se sumará un nuevo programa, de índole productivo, ya que, explicó, en los últimos tres sexenios “las instituciones responsables de apoyar a los sectores más marginados, a los campesinos, a los indígenas, en vez de fomentar su desarrollo les han acercado empresas para despojarlos de lo único que les queda: sus tierras”.
En los últimos años, lamentó, “a los indígenas y campesinos, a los ejidatarios y comuneros, las empresas y las autoridades los han convertido en ‘renteros’, en vez de darles financiamiento, capacitación, asistencia técnica, los han orillado a rentar sus tierras a las empresas, y esas formas de despojo han originado muchos conflictos socioambientales en nuestro país”.
Por ello, aseguró la integrante del próximo gabinete federal, “se creará una Subsecretaría de Inclusión Productiva y Desarrollo Rural Territorial, que se encargará de incluirlos otra vez en la vida productiva de este país, mediante el programa de reforestación de un millón de hectáreas, y hablamos nosotros de que se generarían 200 mil empleos en 2019, y otros 200 mil en 2020, y son empleos que se mantendrán durante todo el sexenio, esos empleos, la creación de cooperativas en esas zonas, les dará una opción a esas personas para que no tengan que entregar sus tierras. Por eso hablamos de inclusión, y de bienestar”.
–¿La responsabilidad de apoyar la productividad de esos campesinos marginados no es de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)? –se le consultó.
–Sí –respondió–, podría ser parte de lo que le corresponde a SAGARPA, pero nosotros queremos hacer esa parte de inclusión productiva, porque si hablas de una Secretaría del Bienestar que sólo se dedica a la parte de los programas sociales, siempre los vas a estar excluyendo. Lo que nosotros queremos es incluir a quienes no han sido vistos, a quienes han sido marginados.
Desgarre de vestiduras
El programa de reforestación de un millón de hectáreas con café y cacao (con fines de comercialización) que se aplicará en Chiapas, Tabasco y Veracruz, así como la construcción de un tren turístico que pasará por Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, han recibido diversas críticas luego de que fueron anunciados por el presidente electo, ante el impacto ambiental que ambas acciones podría acarrear.
Dichas críticas, para la próxima titular de la futura Secretaría del Bienestar, son injustificadas.
“Hay quienes se rasgan las vestiduras con esta propuesta de la reforestación de un millón de hectáreas –aseguró–, dicen que vamos a hacer deterioro en la Selva Lacandona, ¿Deterioro? Ahí se está sembrando ahorita palma de aceite, pero nosotros estamos planteando usar plantas del sitio, de la selva, y sólo luego de que las comunidades, en asamblea, decidan si gustan entrarle o no al proyecto, y luego de que decidan ellos mismos qué se va a sembrar.”
Definiciones e indefiniciones
La reingeniería proyectada en la institución que se encargará de la política de desarrollo social del próximo gobierno federal, adelantó su titular, también incluye una reestructuración de su personal, acompañado de un “recorte”, cuyos alcances no se tienen aún definidos.
“Habrá austeridad, pero no podemos aún adelantar un cálculo de cuánto dinero se ahorrará porque seguimos elaborándolo, aunque algo sí puedo decir: actualmente la Sedesol se gasta 2 mil millones de pesos en comunicación social, dinero que sólo se usa para el lucimiento de quien está al frente de la secretaría, eso se acabó.”
–En materia de índices de pobreza, ¿tienen clara una meta, cuánto se proponen disminuirla?
–Ahorita sería irresponsable dar un dato –respondió la próxima funcionaria federal–, estamos aún en la elaboración de esos cálculos, pero sí, la perspectiva es bajar la pobreza, lograr que no haya tanta migración, que se eliminen las condiciones de casi esclavitud en que trabajan los jornaleros en nuestro país.
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