yorch09
Becerro
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- 18 Ene 2012
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Cogiéndome a una güerita caliente 2º relato…
Esta vez les contaré la segunda cogida que le di a la güerita; esto igual sucedió en el poblado donde yo trabajo… bien pues ya después de haber tenido a la güerita por primera vez bien ensartada y que la cogí muy bien, ahora ya no existía tal distancia por obvias razones.
Pues estaba yo en el salón almorzando solo, como ya sabia que ella iba a verme a la hora de llevar el almuerzo así lo decidía yo, quedarme allí dentro, solo, esperando a ese bonito culo, bueno, redondito, levantadito, blandito, y esas tetas blanquitas sobresaliendo por encima de la blusa, con unos pezones como de una jovencita en pleno desarrollo, pues no sobresalían como los que normalmente conocemos, paraditos y duritos, esos pezones no, aunque si se ven riquísimos y lo saben porque en esta ocasión sí los mamé.
Se pasa y me dice:
Ella: buenos días
Yo: buenos días
Ella: ¿cómo esta?
Yo: muy caliente, madamas de verte mami, y es que estas tan buena, que solo pienso en cogerte.
Ella: ¿nos vemos al rato?
Yo: claro, nos vemos a la hora que ya sabes. Oye, te aseas bien por favor, y trata de no usar perfume, quiero mamarte esas tetas que están deliciosas.
Ella: órale pues, allá nos vemos.
Yo: no te vayas a tardar como la otra vez, pues estoy bien caliente.
Ella: no, ahora si llegaré a la hora.
Y así fue, me dejó nuevamente bien caliente, con mi verga sumamente dura y ya babeando por ver a ese culito sabroso y esas piernas bien torneaditas, con ese par de tetas redondas e imaginarme esos pezones me calentaban de a madres.
Quería seguir viendo ese cuerpecito, exquisito saliendo del salón hasta perderla de vista, pero algunos alumnos se encontraban dentro del aula almorzando y observando igual a la mujer. Quería sacarme la verga y decirle y hacerle tantas cosas, pero pues lógicamente que no podía hacer eso, por ser un lugar prohibido.
Se llegó la hora acordada, y me fui nuevamente al cuartito donde ya en una ocasión antes ya nos habíamos visto; llegué y abrí la puerta apresurado, ya en ese momento yo estaba calientísimo, traía la verga bien durísima, apunto de estallar de imaginarme que la iba a coger nuevamente y me iban a dar una mamadota que ya ni si quiera la espere en el sofá donde la espere en la otra ocasión, la estaba esperando detrás de la puerta y cachondeando solo, planeando en como hacerle para la hora que ella entrara por esa puerta; me quite la camisa y el pantalón, deje la puerta emparejada y me dispuse a esperarla detrás de la puerta. Yo fantaseaba solo imaginando como iba a llevar a cabo esta cogida, y pensaba: ahorita que llegue no la voy a dejar que se siente, la voy a tomar del brazo y la voy a jalar hacia mí, con tal fuerza que ella sintiera lo caliente que me ponía. En segundos eso lo llevé a cabo, entró la güerita, ya para eso yo estaba en bóxer, la jalo del brazo y la pongo contra la puerta; ella igual de caliento que yo, solo tiende a verme con cara de lujuria, le gustaba que la tratara como lo que era, una puta, una zorra, como a una perra en brama, cierra la puerta por la inercia y le recargo sobre la misma; esta vez lleva un short pequeñísimo, de tela, una blusa como de puta, un color tan encendido; por el frente fiusha y por la espalda negro, sin tirantes, solo se sostenía por lo apretadita que le daba, escotada… se veía como una puta, eso me calentaba mas y mas. Le tallo la verga en su rabito, sintiéndola ella tiende a girar la cabeza y nos damos un rico beso, intercambiando nuestras salivas, algo sucio pero caliente.
Le desabrocho el short y se lo bajo de un jalón, traía puesto un calzoncito como de licra, que lo llenaba estupendo, mientras que con mi mano izquierda le acariciaba sus tetas y la derecha la dirigí hacia su vagina que es muy pequeñita, y que al tocarla se sentía bien esponjosita y ya humedecida. Le doy la vuelta y queda de frente a mi, nos volvemos a dar otro beso así de caliente, y yo de tan caliente que estaba, le mordía el labio inferior, con tal fuerza que le hice sacar un gemido de dolor pero a la vez de excitación, pues veía su rostro como se saboreaba el dolor y a la vez disfrutando de todo lo que le hacia.
Cuando estuvo frente a mí, quise quitarle la blusa de puta que traía puesta y me dice:
Ella: ¡no! No me la quite.
Yo: pero por qué
Ella: es que es de broches por toda la espalda y se tarda uno mucho en abrocharla, ahora si usted me la va abrochar toda pues quítemela.
Yo: pues no, déjame decirte que esa blusa me calienta demasiado, se te ve estupenda, y como me voy a volver a venir en tus tetas, igual la voy a llenar de leche y eso me excita.
Ella: pues como guste, ya sabe que yo le cumplo todo lo que me pide.
En ese momento yo ya estaba mas caliente que nunca, mas por eso que me había dicho, la agarro del cabello y la siento en el sofá y le saco la verga de mi bóxer ya toda llena de lubricación, se la pongo frente a sus labios carnosos mientras yo pensaba (se va a rajar, va a decir que esta llena de baba y no va a querer o la va a escupir) pero vaya sorpresa, por eso la llamo güerita caliente; como ya sabía que no me gustaba que me la agarrara solo acerco su boca y se sampa la verga llena de baba, babeadísima, y comienza a chuparla con cierta desesperación. Yo entonces me esperaba a que escupiera toda esa baba que tenía mi verga, pero segunda sorpresa, ¡se lo trago! Y así siguió por un rato más. Le digo vamos a la cama; se pone de pie y se sube, se acuesta boca arriba y abre las piernas, nuevamente tenia ahí frente a mi verga ese rico y pequeño cocho solo para mi; le agarro y aprieto las tetas y bajando mi mirada le empiezo a ensartar la verga mientras apretaba sus tetas con fuerza; ella hacia gestos y sonidos excitantes: ¡ahhhhh! Despacito por favor, porque me va a partir en dos. Eso me ponía a mil; y se la dejo ir de a vergazo, y suelta un pequeño grito ¡ajjhhhhhhh!
Yo: te gusta
Ella: si, siga así haber hasta que tanto aguanto
Yo: entonces agárrate y prepárate que hay te va la verga
Ella: si, ya estoy lista.
Se la saco fuerte y la vuelvo a meter con la misma fuerza y vuelve a gritar ya bien caliente: ella: ¡ajjjjjjjjjjjjjjhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Yo: ¿Qué, ya no la aguantas?
Ella: casi no
Yo: pues ahora te aguantas, ¿querías verga no?
Ella: ¡aaaaahhhh! ¡Me va a atravesar!
Y poniendo una carita de ensueño; cerraba los ojos, abría la boca, apretaba los labios, los ojos, y diciéndome: ¿ya ve? Si la estoy aguantando, estoy haciendo todo lo posible por aguantarla…
Yo: voltéate
Ella: no. Por atrás no.
Yo: si no te voy a coger por el culo
Se acomoda y se pone de perrito (a como me encanta esa posición) como soy delgado, soy algo flexible, entonces me pongo de pie y empiezo a agacharme a tal grado de quedar casi en cuclillas y mi verga apuntando a su pequeña vagina, se la meto fuerte y empiezo a cogerla a tal grado que se vino al instante, como les comentaba, me encanta esa posición porque cuando se las estoy cogiendo la introduzco hasta el fondo de su vagina hasta topar mis huevos con su panochita y me los dejan bien batidos.
Posterior le digo vamos al sofá; nos bajamos y se sienta y abriendo las piernas, estábamos llenos de sudor ella porque no se había quitado la blusita sexosa y yo por estar en constante movimiento. Me acero y le vuelvo a meter la verga, para eso su vagina ya se había acostumbrado a mi verga, pues ya no hacia gestos de dolor ahora solo eran de placer. Yo la cogía lo mas rápido que podía para lograr que se viniera nuevamente, y en efecto a los pocos segundos ya el sofá tenia una manchota y mis huevos llenos de sus jugos vaginales y ella solo diciendo y repitiendo: así, así ¡no pare! Eso me calentaba demasiado el ver como se mordía sus labios y gritando que quería mas y mas verga.
Ya para entonces yo ya estaba cansado y le digo:
Yo: prepárate, que ya me voy a venir
Ella: si ya estoy preparada
Yo: me voy a venir en tus senos y quiero venirme en tu blusa echarte la leche en tus senos y los absorba tu brasier y tu blusa ¡hssssssssssssssssssssssssss!, quiero que vayas oliendo a mi leche y no te la vayas a limpiar, así quiero que te huelan en tu casa, que huelas a verga a cogida, ¡a sexo!
Ella: si donde usted quiera
Entonces me bajo del sofá y me quito en condón, y se la meto en la boca, ella solo mamaba como una perra puta, bien caliente y abriendo sus piernotas y mirando ese rico cocho, mientras me la mamaba yo acariciaba su vagina hasta llegar el momento de decirle:
¡Ya me voy a venir! Se acomoda de modo que no se le escurriera la leche hacia atrás de su cuello; y le dejo ir toda mi leche en sus chichis redonditas y güeras, embarrándole la blusa donde se acomodan los senos, tetas y cuello. Ella solo diciendo: ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhh! Que ricoooo; esta bien calientita.
Yo sumamente exhausto me tiendo en el sillón y ella se levanta y solo se medio limpio la parte del cuello, la blusa estaba poco manchada por fuera e igual por dentro; en la parte de adentro de la blusa si deje venir todo lo que pude, para llenarle de leche; levanta las copas de su brasier y observando como ahí estaban mis espermas, absolviéndose entre su blusa y brasier se levanta y me dice: haber que me dice mi mamá, pues voy bien olorosa a leche o alguien que se dé cuenta, pero no creo, pues voy a llegar a bañarme para que nadie se dé cuenta… me cambié y salimos de la casa tan sudados y exhaustos listos para el próximo encuentro sexual.
Espero y les haya gustado mi tercer relato compañeros… próximamente estaré subiendo el tercer relato de la güerita caliente…
Esta vez les contaré la segunda cogida que le di a la güerita; esto igual sucedió en el poblado donde yo trabajo… bien pues ya después de haber tenido a la güerita por primera vez bien ensartada y que la cogí muy bien, ahora ya no existía tal distancia por obvias razones.
Pues estaba yo en el salón almorzando solo, como ya sabia que ella iba a verme a la hora de llevar el almuerzo así lo decidía yo, quedarme allí dentro, solo, esperando a ese bonito culo, bueno, redondito, levantadito, blandito, y esas tetas blanquitas sobresaliendo por encima de la blusa, con unos pezones como de una jovencita en pleno desarrollo, pues no sobresalían como los que normalmente conocemos, paraditos y duritos, esos pezones no, aunque si se ven riquísimos y lo saben porque en esta ocasión sí los mamé.
Se pasa y me dice:
Ella: buenos días
Yo: buenos días
Ella: ¿cómo esta?
Yo: muy caliente, madamas de verte mami, y es que estas tan buena, que solo pienso en cogerte.
Ella: ¿nos vemos al rato?
Yo: claro, nos vemos a la hora que ya sabes. Oye, te aseas bien por favor, y trata de no usar perfume, quiero mamarte esas tetas que están deliciosas.
Ella: órale pues, allá nos vemos.
Yo: no te vayas a tardar como la otra vez, pues estoy bien caliente.
Ella: no, ahora si llegaré a la hora.
Y así fue, me dejó nuevamente bien caliente, con mi verga sumamente dura y ya babeando por ver a ese culito sabroso y esas piernas bien torneaditas, con ese par de tetas redondas e imaginarme esos pezones me calentaban de a madres.
Quería seguir viendo ese cuerpecito, exquisito saliendo del salón hasta perderla de vista, pero algunos alumnos se encontraban dentro del aula almorzando y observando igual a la mujer. Quería sacarme la verga y decirle y hacerle tantas cosas, pero pues lógicamente que no podía hacer eso, por ser un lugar prohibido.
Se llegó la hora acordada, y me fui nuevamente al cuartito donde ya en una ocasión antes ya nos habíamos visto; llegué y abrí la puerta apresurado, ya en ese momento yo estaba calientísimo, traía la verga bien durísima, apunto de estallar de imaginarme que la iba a coger nuevamente y me iban a dar una mamadota que ya ni si quiera la espere en el sofá donde la espere en la otra ocasión, la estaba esperando detrás de la puerta y cachondeando solo, planeando en como hacerle para la hora que ella entrara por esa puerta; me quite la camisa y el pantalón, deje la puerta emparejada y me dispuse a esperarla detrás de la puerta. Yo fantaseaba solo imaginando como iba a llevar a cabo esta cogida, y pensaba: ahorita que llegue no la voy a dejar que se siente, la voy a tomar del brazo y la voy a jalar hacia mí, con tal fuerza que ella sintiera lo caliente que me ponía. En segundos eso lo llevé a cabo, entró la güerita, ya para eso yo estaba en bóxer, la jalo del brazo y la pongo contra la puerta; ella igual de caliento que yo, solo tiende a verme con cara de lujuria, le gustaba que la tratara como lo que era, una puta, una zorra, como a una perra en brama, cierra la puerta por la inercia y le recargo sobre la misma; esta vez lleva un short pequeñísimo, de tela, una blusa como de puta, un color tan encendido; por el frente fiusha y por la espalda negro, sin tirantes, solo se sostenía por lo apretadita que le daba, escotada… se veía como una puta, eso me calentaba mas y mas. Le tallo la verga en su rabito, sintiéndola ella tiende a girar la cabeza y nos damos un rico beso, intercambiando nuestras salivas, algo sucio pero caliente.
Le desabrocho el short y se lo bajo de un jalón, traía puesto un calzoncito como de licra, que lo llenaba estupendo, mientras que con mi mano izquierda le acariciaba sus tetas y la derecha la dirigí hacia su vagina que es muy pequeñita, y que al tocarla se sentía bien esponjosita y ya humedecida. Le doy la vuelta y queda de frente a mi, nos volvemos a dar otro beso así de caliente, y yo de tan caliente que estaba, le mordía el labio inferior, con tal fuerza que le hice sacar un gemido de dolor pero a la vez de excitación, pues veía su rostro como se saboreaba el dolor y a la vez disfrutando de todo lo que le hacia.
Cuando estuvo frente a mí, quise quitarle la blusa de puta que traía puesta y me dice:
Ella: ¡no! No me la quite.
Yo: pero por qué
Ella: es que es de broches por toda la espalda y se tarda uno mucho en abrocharla, ahora si usted me la va abrochar toda pues quítemela.
Yo: pues no, déjame decirte que esa blusa me calienta demasiado, se te ve estupenda, y como me voy a volver a venir en tus tetas, igual la voy a llenar de leche y eso me excita.
Ella: pues como guste, ya sabe que yo le cumplo todo lo que me pide.
En ese momento yo ya estaba mas caliente que nunca, mas por eso que me había dicho, la agarro del cabello y la siento en el sofá y le saco la verga de mi bóxer ya toda llena de lubricación, se la pongo frente a sus labios carnosos mientras yo pensaba (se va a rajar, va a decir que esta llena de baba y no va a querer o la va a escupir) pero vaya sorpresa, por eso la llamo güerita caliente; como ya sabía que no me gustaba que me la agarrara solo acerco su boca y se sampa la verga llena de baba, babeadísima, y comienza a chuparla con cierta desesperación. Yo entonces me esperaba a que escupiera toda esa baba que tenía mi verga, pero segunda sorpresa, ¡se lo trago! Y así siguió por un rato más. Le digo vamos a la cama; se pone de pie y se sube, se acuesta boca arriba y abre las piernas, nuevamente tenia ahí frente a mi verga ese rico y pequeño cocho solo para mi; le agarro y aprieto las tetas y bajando mi mirada le empiezo a ensartar la verga mientras apretaba sus tetas con fuerza; ella hacia gestos y sonidos excitantes: ¡ahhhhh! Despacito por favor, porque me va a partir en dos. Eso me ponía a mil; y se la dejo ir de a vergazo, y suelta un pequeño grito ¡ajjhhhhhhh!
Yo: te gusta
Ella: si, siga así haber hasta que tanto aguanto
Yo: entonces agárrate y prepárate que hay te va la verga
Ella: si, ya estoy lista.
Se la saco fuerte y la vuelvo a meter con la misma fuerza y vuelve a gritar ya bien caliente: ella: ¡ajjjjjjjjjjjjjjhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Yo: ¿Qué, ya no la aguantas?
Ella: casi no
Yo: pues ahora te aguantas, ¿querías verga no?
Ella: ¡aaaaahhhh! ¡Me va a atravesar!
Y poniendo una carita de ensueño; cerraba los ojos, abría la boca, apretaba los labios, los ojos, y diciéndome: ¿ya ve? Si la estoy aguantando, estoy haciendo todo lo posible por aguantarla…
Yo: voltéate
Ella: no. Por atrás no.
Yo: si no te voy a coger por el culo
Se acomoda y se pone de perrito (a como me encanta esa posición) como soy delgado, soy algo flexible, entonces me pongo de pie y empiezo a agacharme a tal grado de quedar casi en cuclillas y mi verga apuntando a su pequeña vagina, se la meto fuerte y empiezo a cogerla a tal grado que se vino al instante, como les comentaba, me encanta esa posición porque cuando se las estoy cogiendo la introduzco hasta el fondo de su vagina hasta topar mis huevos con su panochita y me los dejan bien batidos.
Posterior le digo vamos al sofá; nos bajamos y se sienta y abriendo las piernas, estábamos llenos de sudor ella porque no se había quitado la blusita sexosa y yo por estar en constante movimiento. Me acero y le vuelvo a meter la verga, para eso su vagina ya se había acostumbrado a mi verga, pues ya no hacia gestos de dolor ahora solo eran de placer. Yo la cogía lo mas rápido que podía para lograr que se viniera nuevamente, y en efecto a los pocos segundos ya el sofá tenia una manchota y mis huevos llenos de sus jugos vaginales y ella solo diciendo y repitiendo: así, así ¡no pare! Eso me calentaba demasiado el ver como se mordía sus labios y gritando que quería mas y mas verga.
Ya para entonces yo ya estaba cansado y le digo:
Yo: prepárate, que ya me voy a venir
Ella: si ya estoy preparada
Yo: me voy a venir en tus senos y quiero venirme en tu blusa echarte la leche en tus senos y los absorba tu brasier y tu blusa ¡hssssssssssssssssssssssssss!, quiero que vayas oliendo a mi leche y no te la vayas a limpiar, así quiero que te huelan en tu casa, que huelas a verga a cogida, ¡a sexo!
Ella: si donde usted quiera
Entonces me bajo del sofá y me quito en condón, y se la meto en la boca, ella solo mamaba como una perra puta, bien caliente y abriendo sus piernotas y mirando ese rico cocho, mientras me la mamaba yo acariciaba su vagina hasta llegar el momento de decirle:
¡Ya me voy a venir! Se acomoda de modo que no se le escurriera la leche hacia atrás de su cuello; y le dejo ir toda mi leche en sus chichis redonditas y güeras, embarrándole la blusa donde se acomodan los senos, tetas y cuello. Ella solo diciendo: ¡ahhhhhhhhhhhhhhhhh! Que ricoooo; esta bien calientita.
Yo sumamente exhausto me tiendo en el sillón y ella se levanta y solo se medio limpio la parte del cuello, la blusa estaba poco manchada por fuera e igual por dentro; en la parte de adentro de la blusa si deje venir todo lo que pude, para llenarle de leche; levanta las copas de su brasier y observando como ahí estaban mis espermas, absolviéndose entre su blusa y brasier se levanta y me dice: haber que me dice mi mamá, pues voy bien olorosa a leche o alguien que se dé cuenta, pero no creo, pues voy a llegar a bañarme para que nadie se dé cuenta… me cambié y salimos de la casa tan sudados y exhaustos listos para el próximo encuentro sexual.
Espero y les haya gustado mi tercer relato compañeros… próximamente estaré subiendo el tercer relato de la güerita caliente…