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Bovino Milenario
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Esta imagen con filtros muestra cómo cae el cohete centauro y se genera una onda expansiva de material, algo que no pudo apreciarse a simple vista.
Foto: cortesía NASA
Esta imagen con filtros muestra cómo cae el cohete centauro y se genera una onda expansiva de material, algo que no pudo apreciarse a simple vista.
Foto: cortesía NASA
Los resultados de la misión saldrán en pocos días
Diana Saavedra
Ciudad de México (10 octubre 2009).- Pese a las predicciones de generar un cráter de hasta 50 metros de diámetro que emitiría una gran nube de polvo que subiría decenas de kilómetros, lo que se vio durante el choque del equipo Lunar Crater Observation and Sensing Satellite (LCROSS) de la NASA no fue prácticamente nada.
La mañana de ayer, el satélite LCROSS y su cohete Centauro se estrellaron contra la superficie lunar, en el cráter Cabeus, ubicado en el polo sur del satélite.
Pero durante la transmisión que realizó la Agencia a través de su sistema de televisión, lo que se vio no fue una nube de polvo, y los especialistas necesitaron de los instrumentos espectrográficos para mirar el impacto del choque.
Sin embargo, esto no quiere decir que la misión haya sido un fracaso, pues Anthony Colaprete, responsable científico de la misión, dijo que sí se obtuvieron múltiples registros espectrográficos que les permitirán, en el curso de los próximos días, saber si había o no cristales de hielo en la zona.
Para el doctor Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, esto no significa que la misión no generara datos importantes; primero habrá que analizar la información enviada por LCROSS.
"Eso no quiere decir que no se hayan emitido elementos volátiles, lo que pasa es que el polvo que esperaban no se vio. Si hubiera mucha agua, se hubiera generado la 'pluma' que esperaban, pero habrá que ver los resultados que arroje el análisis de los datos", explicó el colaborador de la NASA para la misión Curiosity.
"La expulsión del material que esperaban también depende de la composición química y de la estructura de la Luna. Al parecer era un material tipo volcánico que no generó tan fácilmente el efecto que esperaban".
De hecho, para el responsable científico de la misión, el no haber tenido imágenes de una gran explosión y expulsión de material es lo que les hace pensar que esta misión es un éxito.
"Los espectrómetros sí captaron un cambio en la Luna, pero no fue visible. Eso quiere decir que algo pasó. Por el momento no podemos decir qué, pues debemos analizar primero los datos", explicó Colaprete.
El hecho de que la Luna no tenga atmósfera no influyó en el material expulsado durante la formación del cráter porque los proyectiles, al impactarse, viajaban a 1.5 km por segundo, y la energía que generan provocaría que, al momento del choque, se produjera una temperatura de unos 5 mil grados centígrados, lo que haría que las rocas y el material ahí presente se volatilizaran.
Muchas de las rocas lunares que se trajeron a la Tierra como parte de las misiones Apolo son parecidas al basalto (de origen volcánico), explicó Navarro.
:tomate: