ritualdelkaosazkapo
Becerro
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- 29 Mar 2010
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En plena guerra llega el general y le dice a sus soldados:
Les tengo una noticia buena y una mala, ¿Cuál quieren escuchar primero?
Y dicen los soldados juntos:
¡Pues la mala primero!
Y el general contesta:
Bueno, hoy comeremos excrementos.
Y todos se quejan y dicen:
Ahora díganos la buena.
Que alcanzará para todos.
Un mendigo va y toca una puerta, sale un señor y le pregunta:
¿Qué quieres?
El mendigo le responde:
Señor, ¿no tendrá comida que me invite?
El señor responde:
¿Le importa que sea de ayer?
No, no importa.
Entonces, venga mañana.
Dice que una vez nació un tipo tan, pero tan feo, que el doctor dijo:
Si no llora en diez segundos, es un tumor.
Un Cieguito pedía limosna en una esquina. Pasa un turista y al querer colocarle la moneda en el jarro de metal, aquella pega con el borde y cae. El ciego se agacha y la introduce en el jarro. El turista lo mira y le dice:
¡Maldición! ¡Usted es un estafador! ¡No es ciego! Y anda engañando a la gente,
¡Sinvergüenza!
El cieguito mañoso responde:
Cálmese señor, sucede que el cieguito está enfermo y yo lo estoy cubriendo.
Ah, ¿Y usted a qué se dedica?
Yo soy el sordomudo de la otra cuadra.
Todos los días pasaba por una casa un repartidor de periódicos, el cual siempre que entraba al patio delantero a dejar el periódico, encontraba a un niño que lo esperaba, y con la mano y el dedo apuntándole, le hacía:
¡Pum, pum, pum! Simulando disparos contra el repartidor.
Esto era cosa de todos los días, todos los días. Pero un día el repartidor dijo:
Ah no, hoy le voy a seguir el juego, porque ya me tiene cansado que todos los días me dispare, aunque sea de mentiras.
Entonces, llega al otro día, entra al patio, y observa que el niño está en el techo, entonces el repartidor le apunta con el dedo y dice:
¡Pum, pum, pum, y pum!
Cae el niño al suelo desde el techo, y entonces el repartidor asustado corre hacia él, y le dice:
Niño, niño, ¿estás bien?
El niño le responde medio inconsciente:
¡Yo nunca te tiré a matar!
Les tengo una noticia buena y una mala, ¿Cuál quieren escuchar primero?
Y dicen los soldados juntos:
¡Pues la mala primero!
Y el general contesta:
Bueno, hoy comeremos excrementos.
Y todos se quejan y dicen:
Ahora díganos la buena.
Que alcanzará para todos.
Un mendigo va y toca una puerta, sale un señor y le pregunta:
¿Qué quieres?
El mendigo le responde:
Señor, ¿no tendrá comida que me invite?
El señor responde:
¿Le importa que sea de ayer?
No, no importa.
Entonces, venga mañana.
Dice que una vez nació un tipo tan, pero tan feo, que el doctor dijo:
Si no llora en diez segundos, es un tumor.
Un Cieguito pedía limosna en una esquina. Pasa un turista y al querer colocarle la moneda en el jarro de metal, aquella pega con el borde y cae. El ciego se agacha y la introduce en el jarro. El turista lo mira y le dice:
¡Maldición! ¡Usted es un estafador! ¡No es ciego! Y anda engañando a la gente,
¡Sinvergüenza!
El cieguito mañoso responde:
Cálmese señor, sucede que el cieguito está enfermo y yo lo estoy cubriendo.
Ah, ¿Y usted a qué se dedica?
Yo soy el sordomudo de la otra cuadra.
Todos los días pasaba por una casa un repartidor de periódicos, el cual siempre que entraba al patio delantero a dejar el periódico, encontraba a un niño que lo esperaba, y con la mano y el dedo apuntándole, le hacía:
¡Pum, pum, pum! Simulando disparos contra el repartidor.
Esto era cosa de todos los días, todos los días. Pero un día el repartidor dijo:
Ah no, hoy le voy a seguir el juego, porque ya me tiene cansado que todos los días me dispare, aunque sea de mentiras.
Entonces, llega al otro día, entra al patio, y observa que el niño está en el techo, entonces el repartidor le apunta con el dedo y dice:
¡Pum, pum, pum, y pum!
Cae el niño al suelo desde el techo, y entonces el repartidor asustado corre hacia él, y le dice:
Niño, niño, ¿estás bien?
El niño le responde medio inconsciente:
¡Yo nunca te tiré a matar!