MINDistortion
Bovino adicto
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Se trata de un sitio web que conecta “webcams” de distintos
usuarios al azar. Sin embargo, advierten que expone a peligros a menores.
usuarios al azar. Sin embargo, advierten que expone a peligros a menores.

El sitio web Chatroulette.com, un videochat rápido que elige a la persona con la que el usuario conversa al azar, es todo un éxito en Internet. Sin embargo, está rodeado de polémica debido a los peligros que expone a los menores.
Chatroulette fue lanzado en noviembre y pone en contacto a dos usuarios desconocidos entre sí con webcam, con lo que ambos pueden chatear en directo. No hay restricciones y no hacen falta contraseñas, identificación o filtro de edad. La conexión es, como lo dice la web, instantánea.
Más de 20,000 usuarios conectados saltan de una webcam a otra al azar y se puede ver a cualquier persona en todas las situaciones imaginables. La página web, creada por un joven ruso de 17 años llamado Andrey Ternovskiy, ha recibido varias advertencias de organizaciones encargadas de proteger a los menores de edad en varios países.
Ternovskiy señaló que es consciente de que la mayoría de los usuarios estaban en Estados Unidos y que “algunas personas usan el sitio de manera no muy clara”, por lo que dejó en claro que se opone a este tipo de comportamientos creando así una opción de denuncia de comportamientos obscenos, irregulares o ilegales de un determinado usuario frente a la cámara.
El nuevo sitio de internet que ha causado gran polémica entre los usuarios por su elevada dosis de exhibicionismo se llama Chatroulette y para utilizarlo solo se necesita una webcam. Se trata de un servicio sencillo lanzado en noviembre pasado que pone en contacto al azar a internautas que no se conocen a través de la webcam y que les permite chatear en directo.
Según ha publicado The New York Times, el nuevo site, creado por un joven ruso llamado Andrey Ternovskiy, cuenta ya con 20 mil usuarios. Su funcionamiento es muy simple. No hace falta contraseñas ni identificación ni tampoco existe una mínima de edad para acceder al servicio, que se conecta de manera instantánea.
No hay condiciones. Mientras que en una pantalla se puede ver una webcam conectada, en la otra aparece el propio usuario. A partir de ahí se puede saltar de una a otra webcam sin problema y de forma aleatoria, según las preferencias del propio internauta.
En contraste con el resto de redes sociales, Chatroulette es un sitio web social que permite al usuario navegar de incógnito. “No hay sesión, no hay registro y eso es fundamentalmente diferente de Twitter y Facebook”, donde un perfil viene asociado a una persona registrada, según ha destacado Sarita Yardi, un doctorando del Instituto de Tecnología de Georgia que estudia el papel de la tecnología en la vida de los adolescentes.
A diferencia de las antiguas salas de chat, donde las personas podrían mentir sobre su verdadera identidad, en el caso de Chatroulette, el anonimato es fugaz, debido al uso de la cámara que captura a todo usuario a menos que éste aparezca ataviado con una máscara, lo que complicaría su identificación.
Michael Wesch, profesor de antropología cultural de la Universidad Estatal de Kansas, que investiga cómo la gente comparte y graba vídeo en YouTube, ha manifestado que este videochat entre desconocidos puede entenderse como una “muy interesante reutilización de las tecnologías ya existentes”, aunque ha advertido a los padres a educar a sus hijos.
Fuente
Chatroulette fue lanzado en noviembre y pone en contacto a dos usuarios desconocidos entre sí con webcam, con lo que ambos pueden chatear en directo. No hay restricciones y no hacen falta contraseñas, identificación o filtro de edad. La conexión es, como lo dice la web, instantánea.
Más de 20,000 usuarios conectados saltan de una webcam a otra al azar y se puede ver a cualquier persona en todas las situaciones imaginables. La página web, creada por un joven ruso de 17 años llamado Andrey Ternovskiy, ha recibido varias advertencias de organizaciones encargadas de proteger a los menores de edad en varios países.
Ternovskiy señaló que es consciente de que la mayoría de los usuarios estaban en Estados Unidos y que “algunas personas usan el sitio de manera no muy clara”, por lo que dejó en claro que se opone a este tipo de comportamientos creando así una opción de denuncia de comportamientos obscenos, irregulares o ilegales de un determinado usuario frente a la cámara.

El nuevo sitio de internet que ha causado gran polémica entre los usuarios por su elevada dosis de exhibicionismo se llama Chatroulette y para utilizarlo solo se necesita una webcam. Se trata de un servicio sencillo lanzado en noviembre pasado que pone en contacto al azar a internautas que no se conocen a través de la webcam y que les permite chatear en directo.
Según ha publicado The New York Times, el nuevo site, creado por un joven ruso llamado Andrey Ternovskiy, cuenta ya con 20 mil usuarios. Su funcionamiento es muy simple. No hace falta contraseñas ni identificación ni tampoco existe una mínima de edad para acceder al servicio, que se conecta de manera instantánea.
No hay condiciones. Mientras que en una pantalla se puede ver una webcam conectada, en la otra aparece el propio usuario. A partir de ahí se puede saltar de una a otra webcam sin problema y de forma aleatoria, según las preferencias del propio internauta.
En contraste con el resto de redes sociales, Chatroulette es un sitio web social que permite al usuario navegar de incógnito. “No hay sesión, no hay registro y eso es fundamentalmente diferente de Twitter y Facebook”, donde un perfil viene asociado a una persona registrada, según ha destacado Sarita Yardi, un doctorando del Instituto de Tecnología de Georgia que estudia el papel de la tecnología en la vida de los adolescentes.
A diferencia de las antiguas salas de chat, donde las personas podrían mentir sobre su verdadera identidad, en el caso de Chatroulette, el anonimato es fugaz, debido al uso de la cámara que captura a todo usuario a menos que éste aparezca ataviado con una máscara, lo que complicaría su identificación.
Michael Wesch, profesor de antropología cultural de la Universidad Estatal de Kansas, que investiga cómo la gente comparte y graba vídeo en YouTube, ha manifestado que este videochat entre desconocidos puede entenderse como una “muy interesante reutilización de las tecnologías ya existentes”, aunque ha advertido a los padres a educar a sus hijos.
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