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- #1
Intempestivamente oí que alguien estaba cerca de la puerta.
- ¿Oyes algo?
- ¿Queeeé?, ¡puta madre! no puede ser son mis papás; si me ven cogiendo me matan.
Rápidamente nos paramos del sofá y Carla dijo quedamente y empujándome:
- Súbete a mi cuarto güey, luego te llevo tu ropa.
Como rayo subí las escaleras y en el cuarto me escondí debajo de la cama tratando de evitar pensar en lo peor…
En ese lugar obscuro y frío, sentía un vuelco en el estómago esperando el minuto en el cual su papá iría por mí, y que sin lugar a dudas, me sacaría desnudo a la calle. Intenté calmarme recordando los estremecedores momentos anteriores, pero el piso tan frío me regresaba a mi cruel realidad de forma casi inmediata.
Al paso de cómo quince minutos, observé que la puerta del cuarto se abría lo que me inquietó el corazón, sin embargo, al observar las uñas de los pies pude discernir que afortunadamente era Carla que al entrar le puso seguro a la puerta.
-¿Dónde estás tocayo?- dijo quedamente
Asomé la cara por debajo de la cama y tratando de no hacer ruido salí de la cama con mi pene flácido y temblando de frío.
-¿Qué pasó, te dijeron algo?
- Pues me pude vestir rápidamente y no se dieron cuenta pero ya no pude colocarme el sostén y mi mamá me dijo que así no se visten las señoritas.
-Si supiera… lo bien que la estábamos pasando jajajaja.-
- Cállate no digas idioteces, para mis padres todavía sigo siendo virgen.- dijo con una carita muy tierna de ángel pero con unos ojos azules llameantes de mujer experimentada en estas lides.
- Perdona fue un comentario tonto; ¿Dónde está mi ropa?-
- Errr..hh, pues no pude traértela; es que ya iban a entrar y si veían esa ropa me crucifican. Lo único que pude hacer es deslizarla con el pie abajo del sofá.
- Y entonces, ¿Qué hago?, ¿Cómo voy a regresar a mi casa?-
- Pues en un cajón del ropero guardó mi celular, ¿por qué no dices en tu casa que te vas a quedar con un amigo?-
- Está bien de quedarme aquí a salir desnudo a la calle y que me lleven a la delegación; prefiero mil veces aquí.
Hice la llamada momentos después, sin embargo, no dejaba darme vueltas en la cabeza el pensamiento de que era más fácil esperar más noche para recoger mi ropa y salir por la puerta principal. Me suponía que Carlita ya traía algo entre manos.
- Bebé metete debajo de la cama.
- Pero es que yo…
- Mira tengo que bajar a cenar al comedor con mis padres y no quiero tener problemas-
-Ok solo por ti, preciosa.- En ese instante, saqué una blusa de su cómoda para extenderla en el piso y no tener tanto frío.
Debajo de la cama, me quedé dormido imbuido por una obscuridad que envolvía todo dentro del cuarto.
De repente…
- Mi amor súbete a la cama-
Abrí los ojos desorientado sin recordar donde me encontraba, sin embargo, al sacar la cabeza pude observarla ahí en su cama totalmente desnuda abriendo los brazos hacia mi, por esos momentos, su bebé. Me posicioné sobre ella, sintiendo el calor de su piel que me recordaba como queman tan sabroso los rayos del sol cuando uno está en la playa.
Sin abrir completamente los ojos me acerqué a su cara y abrí mi boca como si fuera a devorar la más deliciosa de las manzanas dentro de su boca cálida con sabor a menta y su lengua suave que movía como un pequeño reptil.
Ella, al instante, cerró sus ojos y abrazó completamente mi cuerpo con sus bien torneadas piernas. Instintivamente mi pene retomaba su anterior firmeza y al calor de su cuerpo, mi cadera empezaba a empujar adelante y atrás con gran frenesí.
- Mmmmm, si mi amor, así bebé, ayyyy que rico!- En esos momentos, sus manos se habían adueñado de mi espalda hundiendo sus uñas en un arranque de deseo cada vez más incontrolable por sus jadeos cada vez más fuertes.
- Nos van a oír.- le dije quedamente.
- Mmmghhhh- su cara adquiría ese tono rojizo tan característico del sonrojo sexual.
Al verla así, no pude evitar chupar cada uno de sus pezones como si fuera un bebé recién nacido que necesitará la leche de su madre.
- Cojes bien rico, Ayyyyyy, ahhhhhhhh, hmmmmm- me susurró al oído…
De repente se paró, dejándome sentir un hilillo de semen que salía por su vagina y dijo:
- Quiero montarte-
Sin pensarlo dos veces me acosté en la cama esperando otra vez disfrutar de ese delicioso tesoro. Ella se colocó tan bien que parecía ya tener gran experiencia y volver a sentir sus nalgas hasta el extremo de mi pene era una sensación bastante placentera.
Rápidamente su cuevita absorbió mi falo como una rémora a su víctima y comenzó ese movimiento de caderas rítmico que me hizo eyacular tantas veces dentro de ella; sus piernas apretadas exprimían mi pene ordeñándolo en busca de la última gota. Yo cubría con mis manos cada una de sus nalgas loco por su cuerpo.
- Siiiiiii, ayyyyyy bebé dame tu lechita soy tuya-. En ese instante su vagina empezó a tener movimientos rítmicos y apretaba cada vez más a su presa, pletórica de jugos que emanaban evidenciando su fuerte deseo sexual.
Sus ojos se pusieron en blanco, y soltó un gemido que rápidamente tuve que taparle la boca… deseando que mis "suegros" tuvieran el sueño más pesado posible.
- AYYYYYYYYYYYY, MMMMGGGGHHHH!
Instantes después sentí su cuerpo débil por la faena, aunque se dejó caer encima de mi dándome un beso apasionado. Intenté apartarla de mí pero de una forma inconsciente me objetó:
- No te salgas mi amor, sólo hasta mañana.:mota:
Pero por las dudes opté por despertar a las cinco de la mañana y salir de ahí como el más feliz de los ladrones - aquellos que han poseído un cuerpo bello de mujer.-
Si quieren que les cuente otros encuentros posteen si les gustó mi relato…:vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos:
- ¿Oyes algo?
- ¿Queeeé?, ¡puta madre! no puede ser son mis papás; si me ven cogiendo me matan.
(Afortunadamente la sala estaba al otro extremo de la puerta principal sino jamás les hubiera podido contar esta historia).
- Súbete a mi cuarto güey, luego te llevo tu ropa.
Como rayo subí las escaleras y en el cuarto me escondí debajo de la cama tratando de evitar pensar en lo peor…
En ese lugar obscuro y frío, sentía un vuelco en el estómago esperando el minuto en el cual su papá iría por mí, y que sin lugar a dudas, me sacaría desnudo a la calle. Intenté calmarme recordando los estremecedores momentos anteriores, pero el piso tan frío me regresaba a mi cruel realidad de forma casi inmediata.
Al paso de cómo quince minutos, observé que la puerta del cuarto se abría lo que me inquietó el corazón, sin embargo, al observar las uñas de los pies pude discernir que afortunadamente era Carla que al entrar le puso seguro a la puerta.
-¿Dónde estás tocayo?- dijo quedamente
Asomé la cara por debajo de la cama y tratando de no hacer ruido salí de la cama con mi pene flácido y temblando de frío.
-¿Qué pasó, te dijeron algo?
- Pues me pude vestir rápidamente y no se dieron cuenta pero ya no pude colocarme el sostén y mi mamá me dijo que así no se visten las señoritas.
-Si supiera… lo bien que la estábamos pasando jajajaja.-
- Cállate no digas idioteces, para mis padres todavía sigo siendo virgen.- dijo con una carita muy tierna de ángel pero con unos ojos azules llameantes de mujer experimentada en estas lides.
- Perdona fue un comentario tonto; ¿Dónde está mi ropa?-
- Errr..hh, pues no pude traértela; es que ya iban a entrar y si veían esa ropa me crucifican. Lo único que pude hacer es deslizarla con el pie abajo del sofá.
- Y entonces, ¿Qué hago?, ¿Cómo voy a regresar a mi casa?-
- Pues en un cajón del ropero guardó mi celular, ¿por qué no dices en tu casa que te vas a quedar con un amigo?-
- Está bien de quedarme aquí a salir desnudo a la calle y que me lleven a la delegación; prefiero mil veces aquí.
Hice la llamada momentos después, sin embargo, no dejaba darme vueltas en la cabeza el pensamiento de que era más fácil esperar más noche para recoger mi ropa y salir por la puerta principal. Me suponía que Carlita ya traía algo entre manos.
- Bebé metete debajo de la cama.
- Pero es que yo…
- Mira tengo que bajar a cenar al comedor con mis padres y no quiero tener problemas-
-Ok solo por ti, preciosa.- En ese instante, saqué una blusa de su cómoda para extenderla en el piso y no tener tanto frío.
Debajo de la cama, me quedé dormido imbuido por una obscuridad que envolvía todo dentro del cuarto.
De repente…
- Mi amor súbete a la cama-
Abrí los ojos desorientado sin recordar donde me encontraba, sin embargo, al sacar la cabeza pude observarla ahí en su cama totalmente desnuda abriendo los brazos hacia mi, por esos momentos, su bebé. Me posicioné sobre ella, sintiendo el calor de su piel que me recordaba como queman tan sabroso los rayos del sol cuando uno está en la playa.
Sin abrir completamente los ojos me acerqué a su cara y abrí mi boca como si fuera a devorar la más deliciosa de las manzanas dentro de su boca cálida con sabor a menta y su lengua suave que movía como un pequeño reptil.
Ella, al instante, cerró sus ojos y abrazó completamente mi cuerpo con sus bien torneadas piernas. Instintivamente mi pene retomaba su anterior firmeza y al calor de su cuerpo, mi cadera empezaba a empujar adelante y atrás con gran frenesí.
- Mmmmm, si mi amor, así bebé, ayyyy que rico!- En esos momentos, sus manos se habían adueñado de mi espalda hundiendo sus uñas en un arranque de deseo cada vez más incontrolable por sus jadeos cada vez más fuertes.
- Nos van a oír.- le dije quedamente.
- Mmmghhhh- su cara adquiría ese tono rojizo tan característico del sonrojo sexual.
Al verla así, no pude evitar chupar cada uno de sus pezones como si fuera un bebé recién nacido que necesitará la leche de su madre.
- Cojes bien rico, Ayyyyyy, ahhhhhhhh, hmmmmm- me susurró al oído…
De repente se paró, dejándome sentir un hilillo de semen que salía por su vagina y dijo:
- Quiero montarte-
Sin pensarlo dos veces me acosté en la cama esperando otra vez disfrutar de ese delicioso tesoro. Ella se colocó tan bien que parecía ya tener gran experiencia y volver a sentir sus nalgas hasta el extremo de mi pene era una sensación bastante placentera.
Rápidamente su cuevita absorbió mi falo como una rémora a su víctima y comenzó ese movimiento de caderas rítmico que me hizo eyacular tantas veces dentro de ella; sus piernas apretadas exprimían mi pene ordeñándolo en busca de la última gota. Yo cubría con mis manos cada una de sus nalgas loco por su cuerpo.
- Siiiiiii, ayyyyyy bebé dame tu lechita soy tuya-. En ese instante su vagina empezó a tener movimientos rítmicos y apretaba cada vez más a su presa, pletórica de jugos que emanaban evidenciando su fuerte deseo sexual.
Sus ojos se pusieron en blanco, y soltó un gemido que rápidamente tuve que taparle la boca… deseando que mis "suegros" tuvieran el sueño más pesado posible.
- AYYYYYYYYYYYY, MMMMGGGGHHHH!
Instantes después sentí su cuerpo débil por la faena, aunque se dejó caer encima de mi dándome un beso apasionado. Intenté apartarla de mí pero de una forma inconsciente me objetó:
- No te salgas mi amor, sólo hasta mañana.:mota:
Pero por las dudes opté por despertar a las cinco de la mañana y salir de ahí como el más feliz de los ladrones - aquellos que han poseído un cuerpo bello de mujer.-
Si quieren que les cuente otros encuentros posteen si les gustó mi relato…:vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos::vientos: