Mack
Bovino de la familia
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Les comparto esta entrada que escribí en mi blog personal. Espero sea de su agrado.
Abril 14, 2012. Partido frente al Pescara. Algunos minutos en el juego y sucede la tragedia. Sólo 25 años. 25 nada más. Se apagaron en unos instantes, como las luces del estadio cuando termina el juego. Pero en esta ocasión, el juego terminó abruptamente.
Piermario Morosini se une a la ya nutrida lista de jugadores que mueren por padecimientos cardíacos en el fútbol mundial. Lista que cada vez se lleva a jugadores más jóvenes. Aún con Fabrice Muamba fresco en la memoria de todos pero que hoy vive para contarlo, el fútbol vuelve a tener focos rojos respecto a la salud de sus principales artífices. Casos como Foe, Jarque, Puerta o Feher le han dado la vuelta al mundo y se prometen investigaciones exhaustivas sin resultados. ¿Es acaso que a los clubes sólo les interesa el dinero que genera un jugador sin importar su salud? ¿Y la UEFA?
Pues sí, tal parece que sí. Tal parece que este es un problema con muchos culpables y sólo una víctima. Por una parte, los equipos no realizan examenes exhaustivos a sus jugadores para determinar si son aptos para jugar o no. Además, no revisan los historiales médicos para saber si en el pasado hubo alguna complicación que impida jugar al individuo. Además, la carga de trabajo impuesta por las federaciones, en las que a veces se juega dos veces por semana son exhaustivas. En el caso de Morosini, sucedió en la Serie B, la segunda división italiana, que solamente juegan Liga y Copa. Y por último, está también la responsabilidad que le corresponde al jugador de revelar a los servicios médicos sobre su estado de salud, muchas veces ocultos debido a que, por su falta de estudios, el fútbol es la única forma que tienen de ganarse la vida. Recordemos que la gran mayoría de los mejores jugadores del mundo proviene de los barrios pobres, incluído David Beckham. Esto implica que si no juega, no comen.
Para agregar aún más drama a la historia del malogrado Piermario, su único familiar directo era su hermana, nacida con discapacidad mental e internada en una institución de salud. Hace un par de años, perdió a sus padre y después a un hermano, por lo que era el único que le quedaba a Carla María y además, el que pagaba las cuentas del hospital. Una vida equiparable con la historia bíblica de Job y su paciencia. Pero, tal vez por todo eso, le salían los ánimos y el talento para ser un gran jugador, según lo describen sus ex-compañeros. Incluso, fue seleccionado nacional en las juveniles de la Azzurra.
Pero pareciera que es necesario que esto le suceda a un Rooney, Messi o Ronaldo para que UEFA tome cartas en el asunto. Como les comenté, en la Serie B generalmente se juegan dos torneos simultáneos, pero en las primeras divisiones se juegan de 3 o hasta 4 torneos a la vez, en ocasiones 2 veces por semana. Además, Michel Platiní ha declarado que le gustaría una Champions más grande aún. ¿Se imaginan lo inhumano que sería tener un calendario tan largo para que, además, en el verano se jueguen torneos internacionales como Euro, Mundial u Olímpicos? De alguna forma, la explotación laboral continúa pero con la premisa de "amor al deporte". Si bien es cierto que son atletas, eso no quita que sean humanos que se agotan física y mentalmente, por lo que calendarios tan largos rayan en lo inhumano.
Nos quedan lecciones y recuerdos de un buen jugador. Quizá por estar en la segunda división no acaparaba tantos reflectores, pero su historia de vida es digna de ser contada a generaciones futuras y ponerlo de ejemplo en tiempos de tanta deshumanización. Estar sólo en el mundo y cuidar de una hermana enferma es de hombres verdaderos. El fútbol perdió a un buen jugador, pero el Cielo ganó a una mejor persona. Descansa en paz, Morosini.
Abril 14, 2012. Partido frente al Pescara. Algunos minutos en el juego y sucede la tragedia. Sólo 25 años. 25 nada más. Se apagaron en unos instantes, como las luces del estadio cuando termina el juego. Pero en esta ocasión, el juego terminó abruptamente.
Piermario Morosini se une a la ya nutrida lista de jugadores que mueren por padecimientos cardíacos en el fútbol mundial. Lista que cada vez se lleva a jugadores más jóvenes. Aún con Fabrice Muamba fresco en la memoria de todos pero que hoy vive para contarlo, el fútbol vuelve a tener focos rojos respecto a la salud de sus principales artífices. Casos como Foe, Jarque, Puerta o Feher le han dado la vuelta al mundo y se prometen investigaciones exhaustivas sin resultados. ¿Es acaso que a los clubes sólo les interesa el dinero que genera un jugador sin importar su salud? ¿Y la UEFA?
Pues sí, tal parece que sí. Tal parece que este es un problema con muchos culpables y sólo una víctima. Por una parte, los equipos no realizan examenes exhaustivos a sus jugadores para determinar si son aptos para jugar o no. Además, no revisan los historiales médicos para saber si en el pasado hubo alguna complicación que impida jugar al individuo. Además, la carga de trabajo impuesta por las federaciones, en las que a veces se juega dos veces por semana son exhaustivas. En el caso de Morosini, sucedió en la Serie B, la segunda división italiana, que solamente juegan Liga y Copa. Y por último, está también la responsabilidad que le corresponde al jugador de revelar a los servicios médicos sobre su estado de salud, muchas veces ocultos debido a que, por su falta de estudios, el fútbol es la única forma que tienen de ganarse la vida. Recordemos que la gran mayoría de los mejores jugadores del mundo proviene de los barrios pobres, incluído David Beckham. Esto implica que si no juega, no comen.
Para agregar aún más drama a la historia del malogrado Piermario, su único familiar directo era su hermana, nacida con discapacidad mental e internada en una institución de salud. Hace un par de años, perdió a sus padre y después a un hermano, por lo que era el único que le quedaba a Carla María y además, el que pagaba las cuentas del hospital. Una vida equiparable con la historia bíblica de Job y su paciencia. Pero, tal vez por todo eso, le salían los ánimos y el talento para ser un gran jugador, según lo describen sus ex-compañeros. Incluso, fue seleccionado nacional en las juveniles de la Azzurra.
Pero pareciera que es necesario que esto le suceda a un Rooney, Messi o Ronaldo para que UEFA tome cartas en el asunto. Como les comenté, en la Serie B generalmente se juegan dos torneos simultáneos, pero en las primeras divisiones se juegan de 3 o hasta 4 torneos a la vez, en ocasiones 2 veces por semana. Además, Michel Platiní ha declarado que le gustaría una Champions más grande aún. ¿Se imaginan lo inhumano que sería tener un calendario tan largo para que, además, en el verano se jueguen torneos internacionales como Euro, Mundial u Olímpicos? De alguna forma, la explotación laboral continúa pero con la premisa de "amor al deporte". Si bien es cierto que son atletas, eso no quita que sean humanos que se agotan física y mentalmente, por lo que calendarios tan largos rayan en lo inhumano.
Nos quedan lecciones y recuerdos de un buen jugador. Quizá por estar en la segunda división no acaparaba tantos reflectores, pero su historia de vida es digna de ser contada a generaciones futuras y ponerlo de ejemplo en tiempos de tanta deshumanización. Estar sólo en el mundo y cuidar de una hermana enferma es de hombres verdaderos. El fútbol perdió a un buen jugador, pero el Cielo ganó a una mejor persona. Descansa en paz, Morosini.