Hola!

Registrándote como bakuno podrás publicar, compartir y comunicarte en privado con otros bakuos :D

Regístrame ya!

Blanca mi amante

mrgaleno27

Becerro
Desde
28 Jun 2016
Mensajes
4
Por cuestiones de mejorar un poco más mi precaria economía me tuve que cambiar de oficina a una más cercana a mi casa, pues los traslados en carro hacían gastar más en la quincena por el hecho de lo caro de la gasolina. Cuando hable con el gerente de la sucursal me hizo el cambio justamente me dieron en la oficina donde trabaja mi esposa. Al principio no me agradaba mucho la idea, pues yo soy muy juguetón con las mujeres, en el sentido de que bromeo mucho con ellas y púes estando mi esposa me tenía que controlar un mucho porque a ella no le parece que sea así. Los primeros días de trabajo fueron extraños, pues la hora de la comida comíamos juntos, además de unas amigas de ella: Blanca y Anna, pero como no hablaba con ellas solo me limitaba a comer y cruzar algunas palabras con mi esposa.

Me llamaba mucho la atención Blanca, pues siempre usaba esos pantalones de mezclilla muy entallados, marcándole sus nalgas muy deliciosas, y más cuando se le marcaba el triangulito de enfrente. Cuando iban a la casa a alguna reunión o eso, siempre me asomaba para verla bien, siempre con el pretexto de ver si les faltaba algo para su dicha reunión. Era un verdadero placer verla cuando se ponía a acomodar viejos archivos parada sobre la escalera, imaginar y fantasear como es que su marido disfrutaba las cogidas que le daba. Incluso un día pase por donde estaba ella trabajando y sentí lo acolchonado de su trasero, lo sentí pleno en mi espalda, se sintió muy acolchonado, Blanca se quedó estática, yo solo pedí disculpas. Blanca se rio y no sé si fue en tono de broma, pero dijo que tenía mucho que nadie le tocaba las nalgas. Poco a poco fue hablando con ella, contándole chistes y demás, y así fue como poco a poco me fui ganado su confianza.

Siempre procuraba contarle chistes pelados y ella siempre terminaba con una tremenda carcajada que se oía en toda la oficina. Una vez me toco irme todo el día con ella a hacer vueltas y pagos, ella me comenzó a preguntar sobre mí y Angélica, así que yo le pregunte si a poco no lo hacía seguido con su marido, y ella solo se rio y me dijo que lo dejaba a mi imaginación. Con esto me daba entrada a pensar que podía pasar algo más si le movía un poco con Blanca, sé que es arriesgado porque mi esposa ahí trabaja con nosotros, pero el culo de blanca bien vale el riesgo.

Anna es una mujer más reservada, callada y tranquila, completamente diferente a Blanca en cuestión de su carácter, pero eso si su físico podría decir que era bajita, más bien chaparrita, muy caderona, eso sí más nalgona que Blanca, pero casi no usaba pantalones pegados, solo ropa más suelta, que si se le ajustaba, pero no dejaba mucho para imaginármela. En cuestiones de la plática era más callada, digamos que era más reservada, pero de igual manera se reía cuando contábamos chistes o hacíamos bromas cuando estábamos en el comedor a la hora de la comida.

Un día mi esposa me hizo el comentario que Anna jamás se reía de nada y no se llevaba con nadie como se comenzó a llevarse conmigo, pues Anna me pedía que les contara chistes o que les hiciera bromas a los demás empleados. Para mi esposa no le parecía muy importante esta acción, pero de igual manera me pidió tener cuidado con mis acciones hacia ella para que no se prestaran a malas interpretaciones.

Un día estaba ocupado con la computadora y se me acerco Blanca, ella me pedía que le prestara una grapadora para grapar unos informes que ella había hecho, le indique que estaba en la mesa de materiales, ya que se acercó a dicha mesa me grita que cual de todas era, pues había varias en la mesa, y le respondí que era la más grande, ella se rio y me dijo que si la mía era la más grande de todas yo le dije que sí, ella lo tomo en doble sentido y felicito a mi esposa porque la mía era la más grande. Mi esposa se quedó pasmada, pues ella no es de llevarse de esa manera, Blanca le explico y ambas se rieron como locas cuando se aclaró el asunto.

De rato que subí a la oficina del jefe, blanca ya venía en el elevador y le dije:

“si quieres saber si la mía es más grande, solo dime y lo comprobamos”

“te pegan agruras (se enoja tu esposa), pero lo tomare en cuenta” dijo

“mira ven” le respondí mientras le tome de la mano y me la puse en la verga por encima del pantalón

“oh, se ve de buen tamaño, pero te pegan” respondió

Ambos salimos del elevador y reafirme mi pensamiento de que si le muevo un poco más a Blanca podría llevármela a la cama lo más pronto posible.

Así comencé un juego con Blanca de llevarme más pesado y con doble sentido, lo más que habíamos llegado a hacer fue un día que me pidió ayudarle en el área de archivos a llevarle unas cajas, cuando entramos al archivo ella puso cerrojo a la chapa, así que nadie podría molestarnos.

Blanca se me acerco y se levantó la falda, traía una tanga negra de esas que se les mete en las nalgas y es imposible sacarla de entre esas montañas. Mi reacción fue abrazarla y acariciarla en las nalgas, sé que ella tiene celulitis, pero no me importaba en esos momentos, simplemente no podía creer que Blanca estaba en frente de mí y con esas nalgotas al aire. Yo me baje el pantalón y blanca me lo agarro suavemente, estaba dormida mi verga, pero no fue mucho su sueño pues blanca lo hizo despertar hasta que quedo completamente erecto. Blanca solo me estuvo jalando, acariciándome mis huevos

“hace mucho que no agarro una cosa de estas” dijo

“¿a poco no le haces nada a tu marido? Pregunte

“no, ya hace rato que no, estamos un poco distanciados en esas cuestiones” respondió

Blanca siguió jalándomela, lo hacía con la prisa por terminar así como de que no nos anduvieran buscando o algo así.

“ya vente, te tardas mucho” me reclamo Blanca

“ya viene, síguele, ya lo siento” respondí

Cuando estaba a punto de venirme blanca me pregunto si ya lo haría, le respondí que si solo moviendo la cabeza, Blanca solo metió mi verga dentro de su boca y recibió todo el semen que salió de mí.

“¿te los tragaste?” pregunte

“si, no hay nada de malo, me supo deliciosa tu leche” respondió

Mientras yo salía hacia el baño a limpiarme los residuos de semen que me quedaron, Blanca se encerró de nueva cuenta en el archivo ahora si para terminar su trabajo. Me dio miedo que mi esposa supiera, pero bien valía la pena el engaño, pues el culo de Blanca es algo que vale la pena correr esos riesgos.
 
Para lavar mi culpa ese día en la noche me cogí a mi esposa. Fue algo rutinario, pero sé que esta fue una manera especial, como para cubrir mi culpa.

Angélica salió de bañarse, se sentó en la cama como siempre a ponerse cremas y perfumes para oler bien, yo aproveche y me le fui encima, le arranque la toalla que traía encima.

“¿qué me haces?, hoy no es día que toque hacerlo” me dijo


“¿Qué?, ¿acaso no puedo sorprender a mi mujer y hacerle el amor como se debe?” le dije

“no pues eso sí” contesto

Después de besarnos, angélica se acomodó en posición de misionero, eso me aburre de ella pues no sabe otra posición que esa, aunque he tratado que hagamos otra ella no lo acepta, por ejemplo la de perrito no le gusta porque no me ve la cara al momento de eyacular.

Me acomode en medio de ella, ella me acaricio el pene antes de metérselo, lo jalo un poco y lo acomodo para metérselo. Sus piernas quedaron en mis hombros y comencé a penetrarla, podría estar cogiendo con mi esposa, pero quien estaba en mi mente era Blanca. Cada vez imaginaba que era ella a quien le estaba dando tremenda cogida.

“así, mi amor, dame tu verga, hazme toda tuya” decía mi esposa

“quieres leche, ya te la voy a dar” respondí

Tenía un ritmo impresionante de penetración con Angélica, pues como les digo en mi mente era Blanca a quien le estaba haciendo el amor.

Mis manos buscaron las manos de Angélica pues el órganos de eyacular dentro de ella era algo muy rico en esos momentos, pues nuestras manos se unieron al compás de la eyaculación de mi verga dentro de Angélica. Quedamos rendidos, Angélica solo me agradeció por haberle hecho el amor de esa manera, ella lo noto muy diferente a otras veces, pero bien valió la pena.

Días después, mientras regresaba del sanitario alguien me dejo un recado en mi escritorio donde me citaban en una oficina del centro al día siguiente. Se lo platique a mi esposa y ella me aclaro que solo llevan personas ahí cuando las promueven de puesto y otras cosas, excepto para un despido, así que nos alegramos pues si necesitamos un incremento en nuestras finanzas, pues hay varios proyectos pendientes en la casa y seria genial recibir más dinero por ello.

Al día siguiente llegue a la oficina central muy temprano, solo pocas secretarias habían llegado y me puse a platicar con una que había trabajado en la oficina donde yo había laborado tiempo antes. Podo después llego el supervisor general, al verme me pidió que entrara, ya dentro de su oficina comenzamos a platicar del futbol así como también hablamos sobre mi cambio y lo positivo que él veía que estuviera más cerca de mi domicilio. En eso se abrió la puerta, al ver quien entraba me sorprendió, era Blanca. Él le pidió que se sentara y comenzó a conversar con ambos. Palabras más palabras menos, la intención de esa junta era de que fuéramos Blanca y un servidor a una convención en la cd. De México, pues éramos los más capacitados para ir y después dar un curso a nuestros compañeros de trabajo.

Cuando salimos de la oficina Blanca se me acerco y en el oído me dijo: “Si haces méritos las cosas pueden ser mejor para ti”.

¿A qué se refería Blanca al decirme esto?, ¿me la cogería en México?, pues si esto pasara sé que sería la mejor experiencia en mi vida en cuestiones sexuales.

Ya cuando llegue con mi esposa en su cubículo le comente la idea del jefe en mandarnos a México a Blanca y a mí, a Angélica no le pareció mala idea, al contrario, le gustaba que me fuera con ella, así habría alguien de su confianza acompañándome, más porque Blanca tiene familiares allá y para ella es más fácil poder moverse en esa ciudad enorme.

Cuando pasaba por el archivo Blanca justamente iba saliendo de ahí, me pidió que me metiera con ella al archivo.

Ya dentro le pregunte sobre lo que me había dicho momentos antes.

“ay si serás idiota, no vez que me prende estar contigo” respondió

“¿Y eso que? Dije

“pues pórtate bien conmigo en el viaje y puedes tener una gran recompensa” respondió

“Ohm, ya sea por donde vas, créeme que me portare bien contigo” dije

“Pero bueno, ven, que este es un adelanto de lo que te puede tocar en México” decía al tiempo que se arrodillaba para darme una mamada de verga deliciosa, hasta que de nuevo volví a eyacular en su boca.

El día del viaje me levante muy temprano, me bañe y Angélica estaba tan dormida que ni en cuenta de que hice todos esos movimientos. Hubo un momento en que se me paro la verga por estar pensando en Blanca, así que Angélica estaba disponible para poder desquitarme con ella mis ganas de coger, me importo poco que estuviera dormida, solo le quite la sabana que le cubría las piernas, le baje las pantaletas y así me la cogí, al principio Angélica ni encuentra que se la metí, pues estaba muy dormida, pero de rato se despertó al sentir que estaba cogiéndomela, ni abrió los ojos solo me dijo: “cuando termines ponme los calzones” , eso en automático me bajo el ánimo y deje de penetrarla.

Esa acción me había dejado caliente, pero como ya tenía que irme ni tiempo de jalármela me dejaron. Después mi esposa me llevo al aeropuerto. Cuando llegamos a la sala de espera ahí ya estaba Blanca, acompañada de su papa y sus hijas quienes fueron a despedirla. Blanca se veía hermosa, con un pantalón de mezclilla azul pegado a sus nalgotas, una blusa roja y una gorra en color negro. Al parecer ya estaba esperándome algo impaciente, pues era justo a tiempo en el que teníamos para abordar, pero un accidente en la carretera y el tráfico que genero hizo que llegáramos con el tiempo encima. Ambos viajábamos con poco equipaje, pues solo son 3 días de estancia en la capital. Me despedí de mi esposa, ella me indico que no tuviese miedo en el vuelo, que todo saldría muy bien así que no había de que preocuparme, Al ir caminando por el pasillo para abordar el avión Blanca me comentaba que a ella también le daba miedo volar, pero que un doctor naturista le recomendó que hiciera meditación y así podría controlar ese miedo. Entramos al avión y de inmediato nos indicaron los asientos que nos correspondían. Un señor iba en la ventana, Blanca en medio y yo en el asiento del pasillo. Al momento del despegue me aferre de la mano de Blanca, ella me correspondió diciéndome que todo estaría bien, no sé si me desmaye o si fue por una pastilla que me tome pero después del despegue no recuerdo nada hasta que llegamos al aeropuerto de la capital.

Ya una vez instalados en el hotel, cada quien en su habitación, Blanca me envió un mensaje donde me decía que me invitaba a comer a un lugar que ella conocía, así que me pusiera ropa cómoda pues caminaríamos por la tarde noche en la mítica ciudad de México.

Anduvimos por muchos lugares del centro, hasta que llegamos a una casa que es de la familia de Blanca, en la cual ella paso mucho tiempo de su niñez.

“pásale, esta casa es de mis tías, pero ahora andan en Guerrero y no vienen hasta el próximo mes” me dijo mientras entrabamos a la casa rustica.

El lugar es típico de los siglos pasados, muy característico mexicano, con un patio muy grande al frente, con una fuente de piedra, un camino de rocas rusticas, era un lugar hermoso, pero que lucía abandonado.

Entramos, Blanca encendió las luces, lo de afuera era un preámbulo a lo bonito que era adentro, tenía muchos adornos típicos mexicanos y esculturas en piedra.

¿Cómo vez la casa de mis tías? Pregunto

-me parece muy bien- respondí

Permanecimos sentados en la sala platicando de todo, de cómo había sido su vida y demás, ella me comento que su esposo ya estaba en trámites de divorcio porque a su mama no le parecía como era su relación, ella le recrimino porque ya no es un niño sino un adulto, pero el sigue en ese plan de seguir todo lo que si mama le dice. Yo le conté como había sido mi vida al casarme con mi esposa y demás, de lo feliz que somos a pesar de no tener hijos.

Mientras hablábamos de todo, en mi mente

“¿y cada cuando tú y mi amiga lo hacen?” pregunto sin miramientos

“pues la verdad unas 2 o 3 veces por semana, dependiendo de cómo andemos de trabajo o de humor” respondí

Ella solo bajo un poco la mirada y se quedó viendo su vaso con agua

“¿Por qué la razón de tu pregunta?” le dije

Ella titubeo un poco pero en su voz entre nerviosa y aun bajando la mirada dijo:

“es que la verdad, te lo confieso es que mi amiga se ve feliz a tu lado, yo así era con mi marido y míranos, antes era todo de color de rosa, pero ya no es así” fueron sus directas palabras.

“pero como puede pasar algo así como eso entre ustedes” respondí

“es que hay algo, yo ya le falle una vez a el” insistió

“oh, eso no lo sabía” dije

“si, de hecho todo paso en la casa cuando mi marido me cacho con el otro” dijo

“Ah, entonces eres cachonda” respondí

“si, me encanta el sexo, pero últimamente mi marido no me da lo que merezco, todo por ese conflicto con lo de su mama” respondió

Después ya no hubo más palabras, debido a que la lujuria nos ganó y comenzamos a besarnos, Blanca estaba desesperada por besarme, incluso lo hacía torpemente, se notaba que no había besado en mucho tiempo, pero sus ansias eran demasiadas para entregarse a la pasión que estábamos viviendo en ese tiempo. Blanca estaba ganosa de estar conmigo, de probar las caricias de nuevo de un hombre. Torpemente me acariciaba la cabeza al momento de besarme, mis manos buscaban su espalda y zafar su brasiere, pero fue una tarea muy complicada al hacerlo.

Ella se apartó y se quitó la blusa así como el brasiere, sus tetas estaban más que jugosas, pequeñas, no tan grandes como las de mi esposa, pero con unos pezones bien paraditos, así deliciosos, los comencé a mamar, el moje con salivita y ella se estremecía al sentir mi boca en ellos.

“Así chúpalos, están deseosos de ti” decía

“vámonos a otro cuarto, aquí no me gusta estar” le dije
 
Abrazándola por la espalda caminamos hasta una amplia recamara, una cama enorme nos esperaba, Blanca encendió la luz, se detuvo un momento y se quitó los pantalones que traía, dejándose solo las pantaletas que usaba, mientras ella hacia lo mismo yo me quite todo solo me deje los boxers.

Se me acerco un nos volvimos a besar muy apasionadamente, ella buscaba mi verga dentro de mis boxers, lo alcanzo a tomar con la mano derecha y sin dejar de besarnos me lo comenzó a jalar.

“ay que rica verga tienes, ya quiero sentirla dentro de mi” dijo

“Esta es tuya, toda tuya si tú lo quieres” respondí

Estaba desconcertado por la forma en que ella estaba desesperada por que me la cogiera, me separe de ella, la acosté y le abrí las piernas, antes le hice quitarse las pantaletas, al hacerlo me quedo un paisaje muy delicioso a mi vista, su vagina llena de vellitos, al introducirle un dedo en su vagina ella lanzo un gemido de gusto, cabe mencionar que su vagina estaba ya muy mojada por sus mismos fluidos, al ver que ese dedo dentro de ella era insuficiente introduje otro, ella estaba alocada, perdida en el placer que le daban mis dedos en sus adentros. No sé qué le tocaba por dentro, pero ella estaba cada vez más mojada, por ello le incrementaba la intensidad de la metida de dedos en sus adentros.


Blanca gritaba: “así, deja que tus dedos sigan tocándome así, así mi amor, hazme que me venga”

Sin dejar de meterle mis dedos en su vagina acerque mi boca y probé sus jugos íntimos, me supieron algo salados, pero aun así me los bebí lentamente, Blanca estaba más que cachonda, me juro que en su vida alguien le había hecho eso de mamarle la conchita.

Mi boca succionaba cada vez más en su panochita, al mismo tiempo que mis dedos entraban cada vez más profundo en su vagina, no sé pero yo creo que si le toque el cérvix, lo que es el cuello de su útero, pues se sentía muy esponjoso esa parte. Mi lengua seguía probando lo salado de su vagina, como les digo sin dejar de tocar sus adentros, Blanca parecía poseída, estaba como loca gozando lo que estaba haciéndole, esto me ponía cada vez más dura la verga.

De pronto, una verdadera cascada de fluidos de Blanca comenzaron a salir en de su vagina, fue un chorro impresionante, solo lo había visto en las porno, pero no pensé que fuese real pero ella tuvo una venida espectacular, hasta que Blanca quedo desfallecida en la cama, yo a un lado de ella. Así nos quedamos hasta que ella se recuperó y me dice:

“acércate, quiero probar tu verga”

Me acomode arrodillado en la cama, ella se acercó y comenzó a darme una mamada, me babeaba mucho mi verga pero aun así estaba haciendo un buen trabajo, en ocasiones bajaba sus manos y acariciaba mis huevos, los apretujaba con una ansia única en ella.

“sabes, no traigo condones” dije al momento que Blanca metía mi pene completamente en su boca

No le quedo más alternativa que sacárselo para contestarme

“no me importa que me hagas un hijo aunque no es tiempo de mi ovulación” al terminar de decir esto de nueva cuenta se metió mi pene en su boca

Cuando se recostó le dije: “ahora si mamacita, te voy a llevar al cielo”, después le puse mi verga en su panocha, de golpe se la deje meter, Blanca solo exhalo y soltó un “ahí”, ya con mi verga adentro la comencé a penetrar, ella se movía deliciosamente


“así, así papi, métela más, dame todo, lléname de tu cosita” decía una Anna muy excitada.

“te gusta, así te gusta” le preguntaba mientras le acariciaba sus pechos sin dejar de moverme dentro de ella.

“si, así síguete moviendo, me tocas muchas cosas que no había sentido antes, así mi amor dame todo lo tuyo” respondía

Para serles franco no me agrada mucho la posición de misionero pues se me hace un poco cansado, por ello le pedí a Blanca que se pusiera de perrito a mitad de la cama, ella amablemente accedió, no sin antes de darme otra mamada de verga, sin importarle el sabor mezclado con el de sus jugos.

Al tenerla así, el agarre de la cintura, ella agarro mi verga por debajo y se la introdujo en sus adentros, Anna estaba muy gustosa y a su vez excitada de tener mi verga dentro de ella

“así cógeme, házmelo como se lo haces a mi amiga” decía

“si, así te voy a dar toda mi leche adentro” dije

Parecíamos dos perros callejeros entregados al sexo a la lujuria y a la pasión, estábamos como locos cogiendo, sudorosos, dándonos rienda suelta a los más bajos instintos de la naturaleza humana.

“ya no me dejes así, dame tu leche” decía Blanca

“Si, así te la daré toda, ya mero me vengo” repetí

El agarrar a Blanca de las caderas y hacerla mía era algo que me estaba enloqueciendo, me sentía más encendido que nunca, era delicioso poder probar a Anna de esa manera. Estaba vuelto una bestia, mis testículos estaban chocando cada vez más fuerte en su pelvis, Anna solo gemía pidiéndome que la penetrara más dentro.

“así, métemela, así dame más de tu pene” repetía

“si, así te voy a rellenar tu panchita, ya siento que me voy a venir” dije

“si, dámela toda, no te quedes con ella, dame tu leche bien adentro” dijo Anna.


Me apoye en su espalda pues ya sentía que me iba a venir ella pego su cuerpo por completo en la cama, hasta que de mi verga salieron unos chorros de leche que se quedaron dentro de su vagina, fueron entre 4 y 5 contracciones tuve al momento de eyacular, mis espermas quedaron en su mayoría dentro de la panocha de Blanca.

Blanca me dijo que nunca había disfrutado así en el sexo, que su marido solo se subía en ella se la metía y no tardaba mucho en terminar. De vez en cuando él le mamaba la panochita pero eran muy pocas veces, por lo general solo era el que el eyaculara y listo. Además que por el peso de él el sexo no era tan seguido, las niñas nacieron por que la inseminaron.

Le pregunte que si ella aceptaba una relación así conmigo de vernos y tener sexo le haría cosas que ni se imagina. Como el sexo es una materia que me encanta le comente todo lo que le podría hacer si ella aceptaba ser mi amante.

Me dijo sin vacilar que sí, que aceptaba ser mi amante sin importar las consecuencias como el de tener uno mío, ella estaría feliz de ser mama de nueva cuenta, más si esos hijos son de un hombre por el cual ella siente pasión al momento de tener sexo.

Me acerque a Blanca y le di un beso en los labios, nuestros cuerpos desnudos quedaron pegados así por mucho rato. Así en esa posición nos quedamos dormidos hasta como a eso de las 3 AM. Cada quien se bañó por su cuenta y salimos con dirección al hotel.

Llegue al hotel y al revisar mi celular (lo deje para cargarle la batería) tenía varios mensajes de mi esposa, algo preocupada porque ya no le llame. Le respondí que la pastilla que me tome me había dado mucho sueño y en el hotel me quede dormido, después de recibir el mensaje ella me llamo y ya se tranquilizó, pues no había tenido noticias de mí, pero al oírme eso ya se había quedado atrás.

Créanme que si me sentí mal al traicionarla, pues ella siempre me ha dado toda la confianza del mundo, pero una oportunidad así de tener a Blanca de mi amante no era algo que iba a desperdiciar.

A eso de las 7 de la mañana tocaron mi puerta, al abrir vi que era Blanca, presurosa se metió a mi cuarto, me abrazo y comenzó a besarme

-ayer me quede con más ganas de ti, dijo
 
-¿de verdad? Respondí

-si vente a la cama respondió

Me acerque a ella y me bajo los shorts, tomo mi pene y se lo llevo a la boca, al entrar en ella la sentí muy cálida y algo húmeda. La lengua de Blanca me rosaba el glande, provocándome pequeños gemidos de gusto.

-¿así te gusta que te la mame mi amor?, decía

-Si corazón, así síguele, respondí

Su boca hacia un trabajo regular, pero bien para una mujer que no tiene la más mínima experiencia en las cuestiones sexuales.

Ya con mi verga bien parada Blanca se incorporó y se colocó boca arriba en la cama, estaba esa hermosa mujer a mi completa disposición de nueva cuenta. Con ella iba a descargar mis más bajas pasiones, teniendo una sesión de sexo alocado y apasionado.

Cuando le metí mi verga sentí que la panocha de Blanca estaba más que mojada

-“oye estas bien mojada” le dije

-“Es que ya estaba ansiosa por que me la metieras” respondió

Comencé a darle verga despacio, entraba y salía de ella con un ritmos despacio, a pesar de que las ganas me ganaban de penetrarla más fuerte pero así ella fue imponiendo un poco el ritmo

“¿te gusta así? Le pregunte

“si, así síguele, vas bien” respondió

El rimo era un poco más rápido que al inicio, aun así mi boca se pegó a la de Blanca y continuamos besándonos sin dejar de perder el rito de la cogida.

“así mi amor, que sabroso me coges” decía

“y lo que falta mi amor” respondí

Me detuve por completo, le saque la verga, eso si bien empapada de los jugos de la panocha de Anna.

“’ ¿Qué haces?” pregunto

“oh, tu déjate, ven que te va a gustar” le respondí

Me acosté boca arriba mostrándole mi verga bien parada, le dije: “ven acércate”

Ella me obedeció como un cordero, antes de clavarse mi verga le dio una mamada deliciosa.

“ya métetela, ándale, yo te sostengo” le dije

Ayudándole a Blanca para que se incorporara en la cama, esta se sentó en mí clavándose toda mi verga.

“ahí, que rica se siente, se siente diferente” dijo

“ohm, que mojada estas otra vez” respondí

“¿y bueno ahora qué hago?” Me pregunto

“mira tienes que moverte despacio de atrás para adelante para que vayas gozando la penetración” le respondí

Blanca recargo sus manos en mi barriga y comenzó a moverse adelante y atrás, poco a poco gozaba cada vez más. Su rostro reflejaba un gozo, una pasión acumulada que no sabía cómo explotarla, mis manos agarraban sus pechos, mis dedos jugaban con sus pezones como un lobo voraz.

“Así que rico, no había sentido así de rico nunca” decía

“así mi amor, así te quería tener” respondí

“¿Qué es esto que me está pasando?, siento una electricidad en todo mi cuerpo”

Eran las palabras de ella al moverse de un lado a otra con mi pene bien ensartado en su vagina.

“Esto no es normal, ¿Qué me estas metiendo?” preguntaba Blanca

“Solo mi verga bien caliente, pero está tocándote lo que nunca te habían tocado” respondí

De pronto sus movimientos se hicieron más rápidos, el silencio impero en el cuarto, hasta que de pronto Blanca soltó un grito de satisfacción que sé que se oyó en más de 2 cuartos a la redonda del hotel. A la par de esto su vagina soltó demasiado líquido transparente, que a mi esposa rara vez le salía

Blanca se quedó en el limbo, ida, pero encima de mí con mi verga empapada de ese líquido y no se digan mis huevos de la misma manera.

“¿Qué paso?, ¿Qué fue eso que me dio?” pregunto Blanca

“simplemente que acabas de tener un orgasmo” le respondí

“¿A eso se le llama orgasmo?, yo creí que me estaba orinando” pregunto

“no, eso es el líquido que sueltan las mujeres cuando les pasa un orgasmo así, no te apures, conmigo vas a tener muchos así, ya viste ayer, creo que hoy fue más que ayer” respondí

“ah, es eso, si había leído algo, pero no me imaginaba que fuese así” dijo

“si, ándale síguele que ya estoy por venirme y pues acuérdate que hay cosas que hacer del trabajo” le indique

Blanca se bajó de mí, se colocó de perrito, agarrándose las nalgas me dice:

“ven, ya métemela”

Me coloque detrás de ella, mi verga se metió de inmediato en su panochita, Blanca solo suspiro de placer al sentir mi trozo de carne dentro de ella.

La penetraba con mayor fuerza cada vez más, durante esto le daba nalgaditas, marcándole mis manos en sus nalgas. Blanca me pedía que se la metiera cada vez más fuerte que la anterior embestida

No tarde mucho en que mi verga eyaculara una cantidad de semen dentro de su panochita. Al perder la fuerza mi erección, me quede tendido a un lado de la cama junto a ella, nos veíamos y Blanca aún estaba incrédula de lo que había pasado anteriormente con lo de su orgasmo.


Ya que ella se fue me metí a bañar, le llame a mi esposa y le dije que ya nos iríamos a la convención todo el día y que si tenía oportunidad le llamaría para ver cómo estaban las cosas allá en casa.

Después de estar todo el día en la convención, Blanca se invitó sola a mi cuarto para pasar la noche junto conmigo, antes de cualquier otra cosa le llame a mi esposa diciéndole que estaba en el hotel y que después de ahí nos llevarían a dar un pequeño tour por la Ciudad de México, pues ya era nuestro último día en esa bella ciudad.


Cuando estábamos saliendo de la convención Blanca me agarro de la mano, acerco su boca a mi oído y me dice:

“me vas a dar mi despedida” pregunto
 
Volver
Arriba