Solange Márquez Espinoza
14/12/2017

Andrés Manuel López Obrador nunca ha sido lo que se conoce como un progresista. Más bien todo lo contrario. Durante las casi dos décadas que lleva haciendo campaña a la presidencia de México, sus posturas en torno a temas nodales de la izquierda más progresista han permanecido inamovibles. Aborto, matrimonio igualitario, adopción homoparental, derechos de las mujeres, todos esos son temas en los que convenientemente o bien mantiene el silencio, o de plano se muestra molesto de que se los pregunten y ofrece una solución “neutral”: someterlos a consulta popular a sabiendas de que México sigue siendo un pueblo como él, conservador.

Por tanto, la alianza de su partido político, Morena con el PES en realidad es bastante natural. Los evangélicos de Encuentro Social fueron de los artífices de la marcha por La Familia, contra el aborto y a favor de “las familias tradicionales”. Desde que lograron su registro, el líder de ese instituto politico ha sido acusado de ser pastor evangélico y de sostener posturas religiosas en sus propuestas políticas.

Dentro de sus principios, sostienen que la familia es la “unión entre un hombre y una mujer” y que la vida comienza “desde el momento de la concepción”, por tanto sus prioridades son defender valores morales claramente entendidos como de derecha más que de izquierda como supuestamente se define a MORENA.

Es evidente la coincidencia ideológica. AMLO no es un izquierdista, lo es de nombre para ganar votos, pero en realidad sus valores son más apegados a la derecha que a la izquierda, aún cuando se crea que MORENA es de izquierda.

Tristemente los intereses políticos y electorales han terminado por desdibujar el espectro político en nuestro país lo cual deja sin posibilidades a los ciudadanos por elegir una propuesta que se apegue a su forma de pensar y su ideología. Una alianza del PAN con el PES sería natural y sin embargo se aliaron con un PRD que si sostiene postulados progresistas. Lo mismo ocurre con esta alianza entre MORENA y el PES, la ambición politica por encima del interés ciudadano.

AMLO es un gran conservador, mal por quienes no lo habían visto o no habían querido aceptar que así era... Triste panorama para 2018...


Fuente


Lo que más hilaridad me causó fue leer en varios de los comentarios en la fuente, lo sensible -mochos- que muchos mexicanos siguen siendo. Cómo transfieren sus creencias religiosas a la arena política, para terminar mostrándose como simples radicales intransigentes. Y que defenestren a alguien sólo porque... no pinte a un Peje redentor, sino a un simple fulano de carne y hueso, con tantas virtudes y defectos como todos nosotros. ¡Ánimo pejeseguidores!, el Mesías Tropical no es mejor que ninguno de nosotros. De hecho es PEOR que la mayoría de los que habitamos este país. Muchos de los que leen este texto son mejores personas que él, y salen todos los días a dar lo mejor de sí en beneficio de este país. Eso no lo ha hecho el Virrey de Macuspana... en ya muchos años.