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http://www.greenpeace.org/mexico/maiz1/alerta-roja-por-nuestro-ma-z allí podras encontrar algunas de tus preguntas.
Nuestro campo se encuentra en una grave situación de desmantelamiento debido a la falta de políticas públicas que promuevan la producción que considere a los sectores campesino e indígena y no sólo de los grandes agricultores industriales.
El campo necesita apoyos gubernamentales en tecnología, sistemas de riego y programas de capacitación encaminados a lograr mayores rendimientos, sin que ello provoque el deterioro del medio ambiente y de la biodiversidad del país que sí ocasionaría el ingreso de transgénicos a nuestro campo.
El gobierno mexicano intenta desmantelar nuestra soberanía alimentaria, el derecho de los pueblos a decidir qué alimentos comer y cómo producirlos, justificándose con una supuesta seguridad alimentaria basada en las importaciones.
Éstas, en tiempos de desabasto, pueden cancelarse en el momento en que los países exportadores decidan cerrar sus fronteras en aras de satisfacer su consumo interno, dejando sin alternativas a los países que se han vuelto dependientes de la producción alimentaria del extranjero.
Actualmente, México es autosuficiente en su producción de maíz blanco para consumo interno, no así para la producción de maíz de uso industrial. Los principales productores del grano se encuentran en el norte del país. Mientras que Sinaloa, el granero de México, ha alcanzado una producción de 14 a 16 ton/ha, los estados del sur apenas alcanzan un rendimiento de 2.5 to/ha debido a la ausencia de recursos para hacer producir la tierra. Esta problemática ha provocado el abandono de tierras y haciendo de la mano de obra barata la principal exportación de México hacia Estados Unidos.
Aprovechando este contexto, tanto el gobierno federal como la industria biotecnológica han argumentado que la implementación del maíz transgénico en nuestro país traerá consigo un incremento en la producción de dicho grano a pesar de experiencias que demuestran lo contrario. Recientemente un estudio dado a conocer por la Unión de Científicos Preocupados de Estados Unidos demostró que después de 20 años de experimentación y 13 años de comercialización de maíz transgénico, éste no ha logrado rebasar los rendimientos de cultivos convencionales.
Esta situación deja ver que el trasfondo de la promoción de trangénicos no es la reactivación del campo, sino intereses monopólicos de corporaciones como Monsanto, la cual detenta el 90 por ciento de las patentes de transgénicos en el mundo.
Los transgénicos son uno de los aspectos más críticos del modelo actual de la agricultura, dado que representan un intento de control de la producción de alimentos, por parte de las corporaciones biotecnológicas sin precedentes, lo cual representa una amenaza de contaminación irreversible de México como centro de origen del maíz, tanto para productores tradicionales y orgánicos, como un serio riesgo para la salud de los consumidores.
México, como parte de Mesoamérica, es el centro de origen del maíz y también el centro más importante de su biodiversidad en el mundo. Cuenta con 59 razas maíz y cerca de 2 mil variedades adaptadas. La contaminación transgénica de toda esta variedad genética representa un grave peligro no sólo para México sino para la humanidad dado que, en el caso de perder las plantas madre, los campesinos no podrían seguir con la práctica de adaptación de variedades tradicionales para enfrentar problemáticas de sequía, plagas y cambios agronómicos.
Este cuatrimestre del año se ha caracterizado por una política en escalada contra el campo mexicano. El 1ro. de enero, en el marco del Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), se liberaron los aranceles para importaciones de maíz y frijol. Permitiendo la entrada de MT sin contar con un sistema de segregación y un sistema de trazabilidad que asegure que esos granos no serán una fuente de contaminación transgénica en México.
En este momento México es el segundo lugar con más casos de contaminación en el continente americano y el octavo a nivel mundial. Recientemente un estudio coordinado por la Doctora Elena Álvarez Buylla y publicado en la revista científica PloS One reveló la contaminación con maíz transgénico en los estados de Oaxaca, Veracruz, Yucatán y Guanajuanto. Estos casos se suman a la contaminación ya detectada en los estados de Puebla, Sinaloa, Chihuahua y el Distrito Federal. También se ha identificado la siembra ilegal de maíz transgénico en el estado de Chihuahua y hasta la fecha el gobierno no ha implementado un biomonitoreo en las zonas contaminadas.
No obstante los casos de contaminación, la postura del gobierno federal a través de la Secretaría de Agricultura ha sido de promoción para la implementación de esta tecnología burda y riesgosa.
Esta postura se ha visto reflejada en la modificación ilegal del reglamento de la Ley de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (LBOGM), publicado el 20 de marzo, la cual elimina el mandato de un verdadero régimen de protección para el maíz y la determinación de centros de origen y diversidad genética estipulados en la propia ley.
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