Elizabeth_GZ
Becerro
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- 18 Jul 2021
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Por fortuna mi suplicio no duró mucho. Pasados unos 5 minutos más o menos lo escuché bufar como animal herido y sentí como me llenaba el culo de leche. El pasar por esto cada semana me había hecho identificar ciertas cosas. El tipo no contaba con una verga larga, pero si gruesa. Lo suficiente para abrirme el culo de forma dolorosa. Igual también descargaba gran cantidad de leche en cada venida. Tres o a veces hasta cuatro disparos de mecos sentía en mi interior. Cada que entraba al baño después de esto era como cagar una diarrea de semen. Si la situación fuera otra, yo seguramente gozaría de sentirme tan llena de mecos. Pero prácticamente era una violación. No gozaba de nada con esto.
Para la otra de pérdida muévete, pendeja. Es como cogerse a un puto maniquí -me dijo mi violador al tiempo que sacaba lentamente su verga de mi adolorido culo.
Ja! Si así duras pinches 5 minutos. Ahora si me muevo te vienes en un minuto, pendejo -le dije tratando de desquitarme de la humillación que me hacía pasar.
Pues dirás lo que quieras, pero te acabo de dejar el culo abierto pendeja -me respondió.
Y sí, pase mis dedos sobre mi ano abierto y casi pude sentir como me entraba aire. No pude sentir más que odio sobre el tipo que acababa de vaciarse en mi interior.
Limpiámela puta, ya sabes como -me ordenó y tomándome del cabello me obligo a ponerme de rodillas frente a él sin siquiera darme tiempo de subirme mi pantalón. De reojo alcancé a ver la lucecita que brillaba en la ventana de la casa contigua. Mi vecino seguía sin perder detalle. No alcancé a ver más cuando la panza del taxista cubrió por completo mi rostro al tiempo que me insertaba su semi flácido miembro por la boca.
El sabor de mi propio culo era horrible. En medio de arcadas y escupidas al suelo, termine de limpiar la verga. Quería acabar pronto y meterme a mi casa con mis hijos.
¡Mirala! ¡Si bien sabes cómo dejarla limpiecita ja, ja, ja! Bueno, me voy porque ya me aburriste. ¡Te besaría, pero te huele el hocico a mierda y culo jajaja! Quítate -me dijo humillándome más con sus palabras y empujándome a un lado para luego subir a su vehículo.
Ni siquiera le respondí. Todo lo que quería era que se largara, cosa que no tardó en hacer al poner en marcha su auto y perderse en la oscura calle. Voltee a mirar la oscura ventana de mi vecino y vi como se apagaba la pequeña luz que emitía su celular. Levanté mi mano y le “salude” con mi dedo medio al mismo tiempo que trataba de subir y acomodar mi pantalón y mi calzón.
Entre a mi casa y me fui directo al baño, ignorando a mis hijos. No quería saludarlos ni menos besarlos con la boca sucia. Bajando mi pantalón me senté en la taza y como lo había previsto empecé a cagar un río de esperma. Un segundo después mi hijo adolescente, el mayor de mis hijos, entró al baño a hacerme compañía. Por extraño que pareciera ya era normal entre nosotros compartir baño así estuviéramos desnudos o semi desnudos. Nada podía ser peor que lo que acababa de pasar afuera de mi casa y que mi hijo estaba consciente de ello.
¿Te lo hizo otra vez? -preguntó mi hijo y pude sentir el dolor en su voz.
Si mijo. Pero no te preocupes, ya pasará -le dije tratando de minimizar la situación.
¿Pero como, mamá? ¿Cómo? Si no tenemos dinero para pagarle. Para pagar lo que yo hice. Yo debería ser el que le pague, no tú -respondió mi hijo sin poder evitar llorar arrodillándose frente a mí.
No te preocupes, vamos a salir de esto. ¿Ya veré como lo resuelvo, ok mijo? Y ahora salte de aquí que no es muy cómodo para mí estar cagando enfrente de ti jaja -le dije sonriendo y tratando de quitar la pesadez del ambiente.
Mi hijo solo sonrío y trato de besarme, pero lo detuve con mi mano. Después de todo mi boca seguía oliendo feo. Vi como mi hijo abandonaba el cuarto de baño mientras yo seguía expulsando los últimos chorros de semen de mi culo. Tenía que resolver esta situación, pero de verdad. No solo prometerlo a mi hijo. Ya era hora de empezar a idear un plan en contra de nuestro abusador.
= = = = = = = = = = = = = =
Aquí termina mi primer relato, pero obviamente hay todavia mucho que contar. Pido disculpas si les parecio algo crudo pero lo advertí al inicio. No es el clasico relato donde abusan de ti y terminas gozando. Eso no existe. Espero que aun así les haya gustado para regresar pronto a contarles mas cosas.
Para la otra de pérdida muévete, pendeja. Es como cogerse a un puto maniquí -me dijo mi violador al tiempo que sacaba lentamente su verga de mi adolorido culo.
Ja! Si así duras pinches 5 minutos. Ahora si me muevo te vienes en un minuto, pendejo -le dije tratando de desquitarme de la humillación que me hacía pasar.
Pues dirás lo que quieras, pero te acabo de dejar el culo abierto pendeja -me respondió.
Y sí, pase mis dedos sobre mi ano abierto y casi pude sentir como me entraba aire. No pude sentir más que odio sobre el tipo que acababa de vaciarse en mi interior.
Limpiámela puta, ya sabes como -me ordenó y tomándome del cabello me obligo a ponerme de rodillas frente a él sin siquiera darme tiempo de subirme mi pantalón. De reojo alcancé a ver la lucecita que brillaba en la ventana de la casa contigua. Mi vecino seguía sin perder detalle. No alcancé a ver más cuando la panza del taxista cubrió por completo mi rostro al tiempo que me insertaba su semi flácido miembro por la boca.
El sabor de mi propio culo era horrible. En medio de arcadas y escupidas al suelo, termine de limpiar la verga. Quería acabar pronto y meterme a mi casa con mis hijos.
¡Mirala! ¡Si bien sabes cómo dejarla limpiecita ja, ja, ja! Bueno, me voy porque ya me aburriste. ¡Te besaría, pero te huele el hocico a mierda y culo jajaja! Quítate -me dijo humillándome más con sus palabras y empujándome a un lado para luego subir a su vehículo.
Ni siquiera le respondí. Todo lo que quería era que se largara, cosa que no tardó en hacer al poner en marcha su auto y perderse en la oscura calle. Voltee a mirar la oscura ventana de mi vecino y vi como se apagaba la pequeña luz que emitía su celular. Levanté mi mano y le “salude” con mi dedo medio al mismo tiempo que trataba de subir y acomodar mi pantalón y mi calzón.
Entre a mi casa y me fui directo al baño, ignorando a mis hijos. No quería saludarlos ni menos besarlos con la boca sucia. Bajando mi pantalón me senté en la taza y como lo había previsto empecé a cagar un río de esperma. Un segundo después mi hijo adolescente, el mayor de mis hijos, entró al baño a hacerme compañía. Por extraño que pareciera ya era normal entre nosotros compartir baño así estuviéramos desnudos o semi desnudos. Nada podía ser peor que lo que acababa de pasar afuera de mi casa y que mi hijo estaba consciente de ello.
¿Te lo hizo otra vez? -preguntó mi hijo y pude sentir el dolor en su voz.
Si mijo. Pero no te preocupes, ya pasará -le dije tratando de minimizar la situación.
¿Pero como, mamá? ¿Cómo? Si no tenemos dinero para pagarle. Para pagar lo que yo hice. Yo debería ser el que le pague, no tú -respondió mi hijo sin poder evitar llorar arrodillándose frente a mí.
No te preocupes, vamos a salir de esto. ¿Ya veré como lo resuelvo, ok mijo? Y ahora salte de aquí que no es muy cómodo para mí estar cagando enfrente de ti jaja -le dije sonriendo y tratando de quitar la pesadez del ambiente.
Mi hijo solo sonrío y trato de besarme, pero lo detuve con mi mano. Después de todo mi boca seguía oliendo feo. Vi como mi hijo abandonaba el cuarto de baño mientras yo seguía expulsando los últimos chorros de semen de mi culo. Tenía que resolver esta situación, pero de verdad. No solo prometerlo a mi hijo. Ya era hora de empezar a idear un plan en contra de nuestro abusador.
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Aquí termina mi primer relato, pero obviamente hay todavia mucho que contar. Pido disculpas si les parecio algo crudo pero lo advertí al inicio. No es el clasico relato donde abusan de ti y terminas gozando. Eso no existe. Espero que aun así les haya gustado para regresar pronto a contarles mas cosas.