Alej17
Bovino de la familia
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10 cosas para hacer cuando no puedes dormir
Hay noches en las que simplemente se vuelve imposible conciliar el sueño. Revisas el reloj unas 10 veces cada media hora, pasan de las dos de la mañana y te tienes que levantar temprano para ir a trabajar. Haces de todo para pegar los ojos, pero el estrés de la vida personal, del trabajo o la cucharadita de café extra, sencillamente no te dejan dormir. ¿Qué puedes hacer en esas horas de insomnio? Además de evitar ciertos alimentos, lo mejor que puedes hacer es no desistir.
Generalmente, el problema es que estás demasiado preocupado con algo y esa preocupación está impidiendo que te relajes. Ya sea por un sonido que te está distrayendo (goteras, puertas crujiendo, música alta, etc.), estrés o hasta la propia preocupación por “¿qué hora es?”. Existen algunos juegos mentales que puedes llevar a cabo para tranquilizar tu mente y ayudar a conciliar el sueño más rápido. Pero, antes de eso, dale un vistazo a esta lista de las cosas que no debes hacer durante las horas de insomnio.
1. Imagina un escenario.
Procura imaginarte en un lugar que te sea familiar. Una buena forma de hacerlo es comenzar a visualizarte a ti mismo moviéndote por la habitación. Intenta recordar cada detalle de esta sin abrir los ojos. Si resulta demasiado fácil, intenta crear un nuevo espacio en tu mente. Puedes pasar algunos minutos antes del sueño dándole unos retoques a tu mansión imaginaria.
2. Respira.
Concéntrate en tu respiración. Intenta, conscientemente, disminuir tu proceso de respiración a un número específico de inhalaciones y exhalaciones, recordando contar cada una de estas. Además de ayudar a enfocar tu mente con el conteo, el proceso hace que te relajes físicamente. Al disminuir los latidos del corazón y forzar la relajación, se hace más fácil caer en el sueño.
3. Dialogo interno.
¿Quién dice que los amigos imaginarios son para los niños? Crea un personaje y arma una conversación con él. De esta forma, logras enfocar tu flujo mental aleatorio y apartarlo de los pensamientos, distracciones o estrés que puedan estar manteniéndote despierto.
4. Consciencia corporal.
Una buena técnica de relajación es contraer y soltar los principales músculos del cuerpo. Comienza tensionando los dedos del pie durante algunos segundos para soltarlos lentamente. Después, tensiona los músculos del arco del pie. Pasa a las piernas, los brazos y finalmente al cuello. Este pequeño ejercicio te ayudará a eliminar la tensión del cuerpo y a permanecer más confortable.
5. Recapitula tu día.
Aprovecha la inquietud proporcionada por la falta de sueño y dale un repaso a tu día. ¿Qué objetivos lograste cumplir? ¿Qué te gustaría hacer diferente la próxima vez? Sin embargo, si el insomnio se debe a un estrés particular, no se recomienda hacer este ejercicio. Pero, si tú día fue con normalidad, no hay problema en llevarlo a cabo.
6. Haz un plan.
Visualiza el comienzo y el final de cómo será tu “día perfecto” de mañana. Imagínate despertando dispuesto al día siguiente y logrando hacer todas las cosas que realmente necesitas hacer. Generalmente, se necesitan por lo menos 15 minutos para planear un día entero – a no ser que seas una persona extremadamente detallista. Esta tarea ayuda a calmar el desvelo, además de prepárate para un mejor día.
7. Visualiza una meta.
Tómate un tiempo para pensar en un objetivo o meta que desees alcanzar. Si acostumbras a tener problemas con el dinero o las deudas, gasta algunos minutos meditando sobre cómo ser más próspero. En caso de que estés intentando iniciar una nueva relación, imagina a la pareja ideal. Invierte algún tiempo considerando los detalles. No te imagines únicamente escribiendo un libro, visualiza la copia completa en tus manos.
8. La raíz cuadrada de las ovejas.
Contar ovejas es un proceso muy tedioso para ocupar una mente cansada. En lugar de eso, intenta hacer potencias de dos, es decir, comenzando por el número 1, y continuando siempre duplicando el valor: 1, 2, 4, 8, 16… 67’108,864. En algún momento, perderás la cuenta y tendrás que comenzar todo otra vez. Algunos juegos matemáticos pequeños pueden mantener tu mente ocupada, mientras mantienen alejados los pensamientos que te están distrayendo.
9. Estudio mental.
Si eres un estudiante o estás estudiando para una materia específica, utiliza el insomnio para repasar el próximo examen. Comienza con algún dato aleatorio sobre la materia o el tema abordado. Puede ser el nombre de un hueso o alguna cuestión filosófica que precisa ser analizada. En el caso de los abogados, este es un buen momento para repasar alguna ley o código penal.
Relaciona un concepto con otro y encuentra nuevas respuestas sobre el tema. Partiendo de cada nueva idea, encuentra otra en la cadena de pensamientos. Por ejemplo, Sócrates puede conducirte hasta Aristóteles, este a Alejandro Magno y luego al Imperio Gupta de la India. Aquí, el sueño se vuelve el límite.
10. Mantén lo ojos abiertos.
Parpadea cuando sea necesario, pero intenta mantener los ojos abiertos. Probablemente consigas recordar algún momento importante – en una conferencia o en una clase – en que había que mantener los ojos abiertos, pero estos insistían en cerrarse. Sin duda, esta fue una de las tareas más difíciles de la vida. Así, ver el techo de tu habitación puede ser el mejor desencadenante de sueño que cualquier cosa que tu maestro de matemáticas haya podido “enseñarte” a las 7:00 de la mañana en un día de escuela.
Hay noches en las que simplemente se vuelve imposible conciliar el sueño. Revisas el reloj unas 10 veces cada media hora, pasan de las dos de la mañana y te tienes que levantar temprano para ir a trabajar. Haces de todo para pegar los ojos, pero el estrés de la vida personal, del trabajo o la cucharadita de café extra, sencillamente no te dejan dormir. ¿Qué puedes hacer en esas horas de insomnio? Además de evitar ciertos alimentos, lo mejor que puedes hacer es no desistir.
Generalmente, el problema es que estás demasiado preocupado con algo y esa preocupación está impidiendo que te relajes. Ya sea por un sonido que te está distrayendo (goteras, puertas crujiendo, música alta, etc.), estrés o hasta la propia preocupación por “¿qué hora es?”. Existen algunos juegos mentales que puedes llevar a cabo para tranquilizar tu mente y ayudar a conciliar el sueño más rápido. Pero, antes de eso, dale un vistazo a esta lista de las cosas que no debes hacer durante las horas de insomnio.
- No salgas de la cama. A menos que acostumbres a dormir de pie – nada que resulte difícil para quienes acostumbran a viajar a las 7 a.m. en microbús –, el movimiento sólo hará que te mantengas más tiempo despierto.
- No leas. Aunque un libro tedioso te llevará a caer en los brazos de Morfeo, leer probablemente retrase el proceso de descanso y relajación.
- No enciendas las luces, déjalas apagadas y acomódate en una posición confortable para dormir.
1. Imagina un escenario.
Procura imaginarte en un lugar que te sea familiar. Una buena forma de hacerlo es comenzar a visualizarte a ti mismo moviéndote por la habitación. Intenta recordar cada detalle de esta sin abrir los ojos. Si resulta demasiado fácil, intenta crear un nuevo espacio en tu mente. Puedes pasar algunos minutos antes del sueño dándole unos retoques a tu mansión imaginaria.
2. Respira.
Concéntrate en tu respiración. Intenta, conscientemente, disminuir tu proceso de respiración a un número específico de inhalaciones y exhalaciones, recordando contar cada una de estas. Además de ayudar a enfocar tu mente con el conteo, el proceso hace que te relajes físicamente. Al disminuir los latidos del corazón y forzar la relajación, se hace más fácil caer en el sueño.
3. Dialogo interno.
¿Quién dice que los amigos imaginarios son para los niños? Crea un personaje y arma una conversación con él. De esta forma, logras enfocar tu flujo mental aleatorio y apartarlo de los pensamientos, distracciones o estrés que puedan estar manteniéndote despierto.
4. Consciencia corporal.
Una buena técnica de relajación es contraer y soltar los principales músculos del cuerpo. Comienza tensionando los dedos del pie durante algunos segundos para soltarlos lentamente. Después, tensiona los músculos del arco del pie. Pasa a las piernas, los brazos y finalmente al cuello. Este pequeño ejercicio te ayudará a eliminar la tensión del cuerpo y a permanecer más confortable.
5. Recapitula tu día.
Aprovecha la inquietud proporcionada por la falta de sueño y dale un repaso a tu día. ¿Qué objetivos lograste cumplir? ¿Qué te gustaría hacer diferente la próxima vez? Sin embargo, si el insomnio se debe a un estrés particular, no se recomienda hacer este ejercicio. Pero, si tú día fue con normalidad, no hay problema en llevarlo a cabo.
6. Haz un plan.
Visualiza el comienzo y el final de cómo será tu “día perfecto” de mañana. Imagínate despertando dispuesto al día siguiente y logrando hacer todas las cosas que realmente necesitas hacer. Generalmente, se necesitan por lo menos 15 minutos para planear un día entero – a no ser que seas una persona extremadamente detallista. Esta tarea ayuda a calmar el desvelo, además de prepárate para un mejor día.
7. Visualiza una meta.
Tómate un tiempo para pensar en un objetivo o meta que desees alcanzar. Si acostumbras a tener problemas con el dinero o las deudas, gasta algunos minutos meditando sobre cómo ser más próspero. En caso de que estés intentando iniciar una nueva relación, imagina a la pareja ideal. Invierte algún tiempo considerando los detalles. No te imagines únicamente escribiendo un libro, visualiza la copia completa en tus manos.
8. La raíz cuadrada de las ovejas.
Contar ovejas es un proceso muy tedioso para ocupar una mente cansada. En lugar de eso, intenta hacer potencias de dos, es decir, comenzando por el número 1, y continuando siempre duplicando el valor: 1, 2, 4, 8, 16… 67’108,864. En algún momento, perderás la cuenta y tendrás que comenzar todo otra vez. Algunos juegos matemáticos pequeños pueden mantener tu mente ocupada, mientras mantienen alejados los pensamientos que te están distrayendo.
9. Estudio mental.
Si eres un estudiante o estás estudiando para una materia específica, utiliza el insomnio para repasar el próximo examen. Comienza con algún dato aleatorio sobre la materia o el tema abordado. Puede ser el nombre de un hueso o alguna cuestión filosófica que precisa ser analizada. En el caso de los abogados, este es un buen momento para repasar alguna ley o código penal.
Relaciona un concepto con otro y encuentra nuevas respuestas sobre el tema. Partiendo de cada nueva idea, encuentra otra en la cadena de pensamientos. Por ejemplo, Sócrates puede conducirte hasta Aristóteles, este a Alejandro Magno y luego al Imperio Gupta de la India. Aquí, el sueño se vuelve el límite.
10. Mantén lo ojos abiertos.
Parpadea cuando sea necesario, pero intenta mantener los ojos abiertos. Probablemente consigas recordar algún momento importante – en una conferencia o en una clase – en que había que mantener los ojos abiertos, pero estos insistían en cerrarse. Sin duda, esta fue una de las tareas más difíciles de la vida. Así, ver el techo de tu habitación puede ser el mejor desencadenante de sueño que cualquier cosa que tu maestro de matemáticas haya podido “enseñarte” a las 7:00 de la mañana en un día de escuela.