Una vez yo tuve un problema parecido. Por una riña me detuvo una patrulla, y el patrullero, mientras me decía que pusiera las manos contra la pared, me dio de macanazos en la espalda.
Le metí un golpe de karate en la tráquea que ya se andaba muriendo. Su pareja llamó refuerzos y el chistecito...