Tengo una infartante vecina divorciada de 30 años, con la que tenemos buena onda, y anoche me golpeó la puerta.
Abro corriendo y me dice:
- Mirá, acabo de llegar y estoy con unas ganas locas de divertirme, de emborracharme y de hacer el amor sin parar en todas la posiciones posibles... ¿Estás...