Cuentan por ahí, que una mañana, Chaac, el Señor de  la Lluvia, sintió deseos de pasear y quiso recorrer los campos de El  Mayab. Chaac salió muy contento, seguro de que encontraría los cultivos  fuertes y crecidos, pero apenas llegó a verlos, su sorpresa fue muy  grande, pues se encontró con...