Jimena, muy seria, observaba por la ventanilla del vehículo, con un aire melancólico;
Ramón lo notó, pero no lo dijo, fingió ir atento al camino.
Ella era delgada y menuda, de labios finos, y a pesar del maquillaje ya se le notaban
algunas arrugas. Él era más joven, alto y de hombros anchos...