Esto me paso hace algunos meses al que por cierto no lo recordaba hasta hoy. Justamente cuando estaba con mi taza de café en un puesto de esos que esta a los alrededores del parque de la marimba.
Sentado, escuchando y viendo a la gente pasar, cuando una persona se me acercó y me dijo que si era posible que se sentará conmigo.
Al cuál me sorprendí puesto que ninguna persona se te acerca a ti de esa forma al menos que te quiera vender algo, pero la intención de esa persona no era esa.
Extrañado de lo que me iba a decir, se quitó su sombrero de esos que parecen a la mafia, todo se tornaba tan raro pues quién se viste así, a de ser gay o es todo un personaje.
Sacó su reloj y me habló con un acento español. Me dijo mi nombre y me preguntó que pensaba acerca de lo que me habían ofrecido. Pensé que todo era un sueño, pero no creo que hubiera sido puesto que todo estaba tan nítido, las meseras, las sillas, la música, los cuadros, la luz, el ruido que formaba la atmósfera.
No creo que haya sido un sueño, el personaje me volvió a preguntar, le dije simplemente que estaba confundido y que no sabía de lo que me hablaba.
Se levantó el personaje y me dijo que de todos los hijos de puta que habían en el mundo fui yo al que eligieron y se marchó ¿De qué me habla? ¿Quién me seleccionó y para que? Se fue.
En unos instantes se acercó la mesera y me dijo que si necesitaba algo más, le dije que no. Luego me pregunto si conocía a ese tipo y repetí mi respuesta.
Luego, me acordé.
Y ahorita estoy en eso, escribiendo y recordando, dónde quiero compartir esto con ustedes, contarles la cercanía que tuve con el diablo y el ofrecimiento que fue tentador y no sé como rayos termine cogiendo con una Edecán.
Esta madre fue algo bizarro, pero me di cuenta que a veces hasta el diablo tiene sentido del humor o si no era él, tan siquiera uno de sus chalanes.
Todo se remota a la feria Chiapas que paso el año pasado, todo era normal sin duda la feria es la cantina más grande que tiene el estado, era cotidiano como en todos los años, amigos, cervezas, conciertos, antros y si había ligues pues se ligaba, aunque esto me pasaba cada lustro pues como sabrán ustedes yo estoy feo, digo, no feo de esos tan feos, si no uno de los cotidianos de los normales, de los que no son marcados, ni se ejercitan, de los que las mujeres no desean, el promedio como todos pues.
Al terminar el concierto, ya entonados nos fuimos a uno de esos puestos que tiene tarima, dónde suben las edecarnes y uno como buen consumidor se da sus buenos tacos de ojo, miré a una que me gustó. Cuando las presentaron una por una se hacia llamar Coral, 26 años, guapa con un cuerpo de playmate, una carita de ángel y se movía sabroso matando el gusano a todo volumen.
Entre los camaradas y yo optamos por seguir viendo, total la cerveza esta a unos pasos y las mujeres iban a estar ahí buen rato. ¿A quién le afecta?
Luego de su presentación, empezaron los juegos. Las chavas seleccionaban a los Güeyes y estos subían, entre ellos hacían el ridículo. Luego de que un amigo tocado por la barita mágica, subió a gritar como mariachi pero fue troleado por su misma voz. tremendo gallo, todos se burlaban y el Güey ese que habla presentando y animando el evento lo bajo, diciéndole que todavía falta para amanecer y que no vaya a cantar, pobre mi carnal.
A mi me mantenía al margen pues yo embobado con Coral que de repente me miraba, era como un tiro de penal sin portero y fue un gol cuando me guiñó.
Voltee a ver a todos lados pensado si había un cabrón detrás de mi, pero no, era el elegido, después del primer juego pasaron algo más elevadito de tono. Nalgada contra Cachetada. Sólo lo había visto en Cancún una vez, pero ¿Quién es el elegido después de tanto pendejo que te rodea?
Pues, la edecanes escogieron a sus “cerditos” cuando fue el turno de coral, mis ojos eran como el gato de Shrek. Miró para todos lados y dijo, ese él que tiene la gorrita roja.
Mi sonrisa creció pues quieras o no, tocaría sus nalgas que me hipnotizaron matando el gusano. Subí, el asunto se puso fuerte, las nalgadas eran agasajosas y la mano parecía cuchara que nalgada, el desquite era de furia, parecía que tenía un rencor las tipas que las cachetadas era en mal pedo.
Luego de tanto golpeteo, me toco. Me preparé y la primera fue delicada para sentir un poco de su carne. El desquite me dolió hasta la punta de la chingada, para la siguiente le solté una más sabrosa que el pendejo ese gritó en el micrófono que no la mallugará, luego como que la resintió Coral, pues la cachetada no fue cómo la primera. Ya en la última, con un poco de alcohol y caliente, no la nalgueé, la agarre de a cartoncito. Se despegó y me propuso una bien merecida que me dolió más que la primera, pero como la disfrute.
Me bajaron de la tarima abucheándome por la incitación del pendejo ese. Mis camaradas me aplaudían por la Azaña, yo solo les agradecí como buen caballero.
Seguíamos consumiendo y mirábamos a las mujeres, Coral estaba enojadísima, me ignoraba y de plano ni atención me ponía. A unos minutos acabó el show.
Caminamos con mis carnales al antro, luego de estar ahí un rato, regresamos a nuestras casas. ¿Cómo llegue? quién sabe.
Luego de estar crudo al otro día, fui por mi consomé. Me quedé un rato platicando con algunos conocidos que encontré, cosas de rutina…
Aquí es dónde aparece el diablo. Caminando de regreso a mi casa hay una calle toda oscura y medio tenebrosa, pasó un airecito sabroso de esos que la piel se te pone mampa.
Caminé, luego de unos paso, la única lámpara que daba medio luz a la calle se apagó. Luego empezó a parpadear y de la nada apareció un hombre bien vestido con la mirada agachada y su sombrero que le cubría el rostro.
Lo miré pero no le di importancia seguía caminando. Es ahí cuando dice mi nombre. Me detengo y me dice: Puedes ser el hombre más feliz y más rico del planeta, ¿te interesa? Una proposición así, te pelas por que ya sabes para dónde va el asunto, pero el curioso se detuvo y dijo no me interesa, buenas noches. Si sigues caminando vas a morir, mejor escucha, platiquemos un rato. Te estoy dando tiempo para que vivas un poco más. Ahora si el maldito temor apareció por todo mi cuerpo, si me “largaba iba a morir”, lo dijo textual, sea lo que sea si se me subieron los pinches huevos a la garganta, me dijo, ¿Te acuerdas de Coral? Y yo no sabía de que carajo me estaba hablando, le dije que no, es ahí cuando respondió, te doy una oportunidad más bien es un regalo, me caíste bien. Ve a tal lado, es más ahí va el taxi.
El taxi se freno y se dirigió hacia a mí, era mi oportunidad de salir, correr, huir lo que chingado fuera pero no quería estar más con ese cabrón (literalmente).
Subí al taxi y emprendí mi viaje, platique con él sobre lo que me paso y él solo se reía con esa sonrisa de incredulidad, no me parecía extraño, cuando le dije a dónde quería ir. Me recomendó el taxista que no, que no enojará a su patrón y que mejor sería que fuera a ese lugar, que me divirtiera. Era mejor hacerle caso y que lo tomará como un regalo.
Ahí si me quedé sin habla, espantado y medio atolondrado, llegamos. Bajando del taxi una mujer muy bonita y simpática me abrió la puerta, bajé y el taxista se fue, ella me acompañó a la entrada y me dijo que consumiera lo que quería que la cuenta ya estaba pagada. ¡MALDITA SEA! Todo era un sueño con toques de pesadillas en cualquier momento esta madre me iba acabar, sí, estaba espantado terminé con los huevos en la frente.
Entré al bar, tenía mi mesa y unos amigos que HABÍAN MUERTO me los encontré ellos bailando y haciéndome platica, yo en shock de lo que estaba pasando, no sabía que hacer, así que lo tomé como un sueño y si era mi sueño podía disfrutar lo que yo quería total, era uno de esos como dicen, sueños lustros o algo así, entonces opté por seguir tomando y bailando.
Aquellos amigos me daba la inquietud que estaban para cuidarme pues se me acercaban ciertas personas ofreciéndome cosas o golpes como buscando pleito. A lo que no le presté atención, mis amigas con miraditas apartaban a los cabrones y mis amigos pedían botellas tras botellas.
Al llegar a este punto, no notaba la diferencia entre lo real y la fantasía. Apareció Coral. Mi gran amiga que en paz descanse me dijo que le fuera hablar y que no sea un collón. Pues va, hay va el galán a conquistar a esa edecán. A la primera que me vio se acordó. ignorándome y bateado con mi cabeza que iba en el aire, como era de suponerse.
Le dije que me disculpará que no era mi intención y que si me ofrecía una oportunidad, que no era tan patán como se suponía que era, toda con el simple hecho de llevármela a la cama y funcionó.
Las cosas pasaron, me habló sobre sus cosas, gustos al que por cierto me valía un chorizo hasta que animé a decirle que si bailábamos y acepto. Bailamos un rato luego le di un beso y órale que me respondió, me incitó ir a un lugar más privado y vámonos.
Es ahí dónde hubo ñiqui ñiqui, volar pata, echar palo, poner las bolas en su aquellito, darle mambo horizontal, matar el oso a puñaladas, mojar la brocha, trabarla, darle cojín, palenque, Crema a su bizcocho, peinar a su mono con moco de gorila. No sé, no se me ocurren más. Hasta que desperté, en esa habitación pensado que todo había sido un sueño, una cama tranquilamente y todo había sido un viaje bien chingón.
Al voltear y ver a “Coral” que por cierto se llama Mónica, el shock en mi mente estaba a más no poder, jodido, perturbado, acalambrado que sé yo. Pero no lo creía mientras la miraba como lelo. Al poco tiempo se despertó, platicamos un rato se cambio y se fue, intente retenerla para dar el segundo round pero no sé pudo, que sólo fue un error pero que le encantó. Maldita zorra.
Se marchó y me consideré afortunado pero con la idea de que ya estaba loco, al caso que todo normal, hasta el día de hoy que apareció Tin tan a la española reclamando algo que no sé que chingados sea y que ofrecimiento “ofrece”. En fin, regalos así valen la pena inmortalizarlo con algo. Si les llega a pasar o tienen una oportunidad así, ya es de pensarse.
Sentado, escuchando y viendo a la gente pasar, cuando una persona se me acercó y me dijo que si era posible que se sentará conmigo.
Al cuál me sorprendí puesto que ninguna persona se te acerca a ti de esa forma al menos que te quiera vender algo, pero la intención de esa persona no era esa.
Extrañado de lo que me iba a decir, se quitó su sombrero de esos que parecen a la mafia, todo se tornaba tan raro pues quién se viste así, a de ser gay o es todo un personaje.
Sacó su reloj y me habló con un acento español. Me dijo mi nombre y me preguntó que pensaba acerca de lo que me habían ofrecido. Pensé que todo era un sueño, pero no creo que hubiera sido puesto que todo estaba tan nítido, las meseras, las sillas, la música, los cuadros, la luz, el ruido que formaba la atmósfera.
No creo que haya sido un sueño, el personaje me volvió a preguntar, le dije simplemente que estaba confundido y que no sabía de lo que me hablaba.
Se levantó el personaje y me dijo que de todos los hijos de puta que habían en el mundo fui yo al que eligieron y se marchó ¿De qué me habla? ¿Quién me seleccionó y para que? Se fue.
En unos instantes se acercó la mesera y me dijo que si necesitaba algo más, le dije que no. Luego me pregunto si conocía a ese tipo y repetí mi respuesta.
Luego, me acordé.
Y ahorita estoy en eso, escribiendo y recordando, dónde quiero compartir esto con ustedes, contarles la cercanía que tuve con el diablo y el ofrecimiento que fue tentador y no sé como rayos termine cogiendo con una Edecán.
Esta madre fue algo bizarro, pero me di cuenta que a veces hasta el diablo tiene sentido del humor o si no era él, tan siquiera uno de sus chalanes.
Todo se remota a la feria Chiapas que paso el año pasado, todo era normal sin duda la feria es la cantina más grande que tiene el estado, era cotidiano como en todos los años, amigos, cervezas, conciertos, antros y si había ligues pues se ligaba, aunque esto me pasaba cada lustro pues como sabrán ustedes yo estoy feo, digo, no feo de esos tan feos, si no uno de los cotidianos de los normales, de los que no son marcados, ni se ejercitan, de los que las mujeres no desean, el promedio como todos pues.
Al terminar el concierto, ya entonados nos fuimos a uno de esos puestos que tiene tarima, dónde suben las edecarnes y uno como buen consumidor se da sus buenos tacos de ojo, miré a una que me gustó. Cuando las presentaron una por una se hacia llamar Coral, 26 años, guapa con un cuerpo de playmate, una carita de ángel y se movía sabroso matando el gusano a todo volumen.
Entre los camaradas y yo optamos por seguir viendo, total la cerveza esta a unos pasos y las mujeres iban a estar ahí buen rato. ¿A quién le afecta?
Luego de su presentación, empezaron los juegos. Las chavas seleccionaban a los Güeyes y estos subían, entre ellos hacían el ridículo. Luego de que un amigo tocado por la barita mágica, subió a gritar como mariachi pero fue troleado por su misma voz. tremendo gallo, todos se burlaban y el Güey ese que habla presentando y animando el evento lo bajo, diciéndole que todavía falta para amanecer y que no vaya a cantar, pobre mi carnal.
A mi me mantenía al margen pues yo embobado con Coral que de repente me miraba, era como un tiro de penal sin portero y fue un gol cuando me guiñó.
Voltee a ver a todos lados pensado si había un cabrón detrás de mi, pero no, era el elegido, después del primer juego pasaron algo más elevadito de tono. Nalgada contra Cachetada. Sólo lo había visto en Cancún una vez, pero ¿Quién es el elegido después de tanto pendejo que te rodea?
Pues, la edecanes escogieron a sus “cerditos” cuando fue el turno de coral, mis ojos eran como el gato de Shrek. Miró para todos lados y dijo, ese él que tiene la gorrita roja.
Mi sonrisa creció pues quieras o no, tocaría sus nalgas que me hipnotizaron matando el gusano. Subí, el asunto se puso fuerte, las nalgadas eran agasajosas y la mano parecía cuchara que nalgada, el desquite era de furia, parecía que tenía un rencor las tipas que las cachetadas era en mal pedo.
Luego de tanto golpeteo, me toco. Me preparé y la primera fue delicada para sentir un poco de su carne. El desquite me dolió hasta la punta de la chingada, para la siguiente le solté una más sabrosa que el pendejo ese gritó en el micrófono que no la mallugará, luego como que la resintió Coral, pues la cachetada no fue cómo la primera. Ya en la última, con un poco de alcohol y caliente, no la nalgueé, la agarre de a cartoncito. Se despegó y me propuso una bien merecida que me dolió más que la primera, pero como la disfrute.
Me bajaron de la tarima abucheándome por la incitación del pendejo ese. Mis camaradas me aplaudían por la Azaña, yo solo les agradecí como buen caballero.
Seguíamos consumiendo y mirábamos a las mujeres, Coral estaba enojadísima, me ignoraba y de plano ni atención me ponía. A unos minutos acabó el show.
Caminamos con mis carnales al antro, luego de estar ahí un rato, regresamos a nuestras casas. ¿Cómo llegue? quién sabe.
Luego de estar crudo al otro día, fui por mi consomé. Me quedé un rato platicando con algunos conocidos que encontré, cosas de rutina…
Aquí es dónde aparece el diablo. Caminando de regreso a mi casa hay una calle toda oscura y medio tenebrosa, pasó un airecito sabroso de esos que la piel se te pone mampa.
Caminé, luego de unos paso, la única lámpara que daba medio luz a la calle se apagó. Luego empezó a parpadear y de la nada apareció un hombre bien vestido con la mirada agachada y su sombrero que le cubría el rostro.
Lo miré pero no le di importancia seguía caminando. Es ahí cuando dice mi nombre. Me detengo y me dice: Puedes ser el hombre más feliz y más rico del planeta, ¿te interesa? Una proposición así, te pelas por que ya sabes para dónde va el asunto, pero el curioso se detuvo y dijo no me interesa, buenas noches. Si sigues caminando vas a morir, mejor escucha, platiquemos un rato. Te estoy dando tiempo para que vivas un poco más. Ahora si el maldito temor apareció por todo mi cuerpo, si me “largaba iba a morir”, lo dijo textual, sea lo que sea si se me subieron los pinches huevos a la garganta, me dijo, ¿Te acuerdas de Coral? Y yo no sabía de que carajo me estaba hablando, le dije que no, es ahí cuando respondió, te doy una oportunidad más bien es un regalo, me caíste bien. Ve a tal lado, es más ahí va el taxi.
El taxi se freno y se dirigió hacia a mí, era mi oportunidad de salir, correr, huir lo que chingado fuera pero no quería estar más con ese cabrón (literalmente).
Subí al taxi y emprendí mi viaje, platique con él sobre lo que me paso y él solo se reía con esa sonrisa de incredulidad, no me parecía extraño, cuando le dije a dónde quería ir. Me recomendó el taxista que no, que no enojará a su patrón y que mejor sería que fuera a ese lugar, que me divirtiera. Era mejor hacerle caso y que lo tomará como un regalo.
Ahí si me quedé sin habla, espantado y medio atolondrado, llegamos. Bajando del taxi una mujer muy bonita y simpática me abrió la puerta, bajé y el taxista se fue, ella me acompañó a la entrada y me dijo que consumiera lo que quería que la cuenta ya estaba pagada. ¡MALDITA SEA! Todo era un sueño con toques de pesadillas en cualquier momento esta madre me iba acabar, sí, estaba espantado terminé con los huevos en la frente.
Entré al bar, tenía mi mesa y unos amigos que HABÍAN MUERTO me los encontré ellos bailando y haciéndome platica, yo en shock de lo que estaba pasando, no sabía que hacer, así que lo tomé como un sueño y si era mi sueño podía disfrutar lo que yo quería total, era uno de esos como dicen, sueños lustros o algo así, entonces opté por seguir tomando y bailando.
Aquellos amigos me daba la inquietud que estaban para cuidarme pues se me acercaban ciertas personas ofreciéndome cosas o golpes como buscando pleito. A lo que no le presté atención, mis amigas con miraditas apartaban a los cabrones y mis amigos pedían botellas tras botellas.
Al llegar a este punto, no notaba la diferencia entre lo real y la fantasía. Apareció Coral. Mi gran amiga que en paz descanse me dijo que le fuera hablar y que no sea un collón. Pues va, hay va el galán a conquistar a esa edecán. A la primera que me vio se acordó. ignorándome y bateado con mi cabeza que iba en el aire, como era de suponerse.
Le dije que me disculpará que no era mi intención y que si me ofrecía una oportunidad, que no era tan patán como se suponía que era, toda con el simple hecho de llevármela a la cama y funcionó.
Las cosas pasaron, me habló sobre sus cosas, gustos al que por cierto me valía un chorizo hasta que animé a decirle que si bailábamos y acepto. Bailamos un rato luego le di un beso y órale que me respondió, me incitó ir a un lugar más privado y vámonos.
Es ahí dónde hubo ñiqui ñiqui, volar pata, echar palo, poner las bolas en su aquellito, darle mambo horizontal, matar el oso a puñaladas, mojar la brocha, trabarla, darle cojín, palenque, Crema a su bizcocho, peinar a su mono con moco de gorila. No sé, no se me ocurren más. Hasta que desperté, en esa habitación pensado que todo había sido un sueño, una cama tranquilamente y todo había sido un viaje bien chingón.
Al voltear y ver a “Coral” que por cierto se llama Mónica, el shock en mi mente estaba a más no poder, jodido, perturbado, acalambrado que sé yo. Pero no lo creía mientras la miraba como lelo. Al poco tiempo se despertó, platicamos un rato se cambio y se fue, intente retenerla para dar el segundo round pero no sé pudo, que sólo fue un error pero que le encantó. Maldita zorra.
Se marchó y me consideré afortunado pero con la idea de que ya estaba loco, al caso que todo normal, hasta el día de hoy que apareció Tin tan a la española reclamando algo que no sé que chingados sea y que ofrecimiento “ofrece”. En fin, regalos así valen la pena inmortalizarlo con algo. Si les llega a pasar o tienen una oportunidad así, ya es de pensarse.
