No era como si lo hubiesen matado, porque de los muertos se habla con más pasión y repetida dulzura que de los vivos. Era como si nunca hubiese vivido.
Mil veces intentaron preguntarle por él y las mismas mil veces evadió las preguntas como si no las escuchara.
Todo lo que siempre siguió a la luz de su nombre, Ella se hizo cargo de oscurecerlo con silencios y evasiones.


